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1869 - MIGUEL BÁEZ QUINTERO - Primer "LITRI" - Remembranza -

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MIGUEL BAEZ QUINTERO – LITRI I

Miguel Báez y Quintero, «Litri», torero valiente, muy valiente, con un arrojo que nunca le permitió afligirse al entrar a matar; no obstante, las abundantes cogidas graves que sufrió; pero fue tan cortito como torero, y era tan poco lo que le ayudaba su figura —pues su obesidad le privaba en absoluto de gracia estética-, que nunca dejaba su trabajo huella alguna en el ánimo del espectador. Encomiaba este, sí, su valor al verle atacar con la espada; mas, a pesar del prestigio que entonces tenía la suerte suprema, la impresión producida desaparecía muy pronto. No había estilo.

Así se explica que torease tan poco, pues el año que más corridas sumó, que fue en 1899, no pasó de dieciséis. En la primera temporada, de este siglo (XX) alcanzó catorce, y descendió tan vertiginosamente, con todo y hallarse muy bajo, que en 1904 toreó cinco; una en 1905, ninguna en 1906, tres en 1907, ocho en 1908, ninguna en 1909, cuatro en 1910 y una en 1911, la de su despedida. Téngase además en cuenta que casi todas las corridas que despachó en los últimos siete años de su vida profesional correspondieron a Huelva y a poblaciones de su provincia, excepto las toreadas en Méjico durante el invierno de 1907-1908.

Pues bien; lo admirable de aquel torero tosco y obeso es que mientras vistió el traje luces, cada vez que con éste se ataviaba, igual cuando era novillero que cuando ya no salía de Huelva o su provincia, se iba detrás del estoque con un coraje singular. Una vez le cogió en Madrid por la parte anterior del muslo un toro de Palha, y hallándose suspendido, siguió hundiendo el acero hasta llegar con la mano al morrillo. Un caso de bravura. Bien puede decirse, por consiguiente, que ganó a pulso los aplausos y siempre en lucha con la fatalidad de su modesta condición, pues, por tratarse de un matador de tercera fila, las empresas le reservaban más huesos que carne magra. 

Nació en Huelva el día 15 de mayo de 1869 y tuvo por padres a un humildísimo torero llamado Miguel Báez «Mequi», y a Ana Quintero. Un inciso: ignoramos el significado de las palabras «Mequi» y «Litri», y por esto llevamos tales apodos al apartado en que figuran «Rolo», «Gorete», «Catufa», «Gorifi» y otros por el estilo.

Nada de particular ofrecen sus primeros años, salvo lo de haber sufrido el bautismo de sangre como torero antes de serlo. Ocurrió que su padre hubo, de enviarle al sitio conocido por las Marismas del Rincón, para que llevara a su casa un saco de paja, y al salirle a su encuentro un toro descarriado y darle con el saco unos lances para burlar sus embestidas, fue cogido, campaneado y arrojado a larga distancia. Solamente él fue testigo de su mala y peligrosa experiencia, de la cual sacó una herida en el tobillo; sin aquella casualidad no hubiera pensado en ser torero; pero la aventura le sirvió de acicate y desde entonces empezó a tomar parte en las capeas.

Quince años tenía cuando, al celebrarse en Huelva una becerrada, y no atreverse uno de los matadores a dar cuenta del cuarto bicho por ofrecer algún respeto, saltó al ruedo, solicitó la venia presidencial, y tras un breve trasteo, entró a matar con extraordinaria valentía y tumbó a la res de una gran estocada. Este fue el primer astado que estoqueó “Litri” en su vida torera.

Su primer ajuste lo hizo al año siguiente, para estoquear en Trigueros dos toros, uno de cuatro años y otro de siete, corrido éste en infinidad de capeas, y a los dos los tumbó de sendas estocadas, no sin banderillear al de los siete años, por no atreverse ninguno de la cuadrilla.

Esta y otras hazañas hicieron que se hablara de él y que los empresarios empezaran a contar con su cooperación, hasta conseguir hacer su presentación en Sevilla el año 1888, acompañado de «Fabrilo» y «Currito Avilés». Y dos años más tarde, con fecha 1 de noviembre de 1890, se dio a conocer en Madrid, alternando con «Bonarillo» en la lidia de cuatro toros de la ganadería de Mazpue, de los cuales, el primero que despachó llevaba por nombre «Culebro». Al día siguiente se repitió la combinación con reses de Palha, y en ambas ocasiones dio la nota saliente de su valentía.

En los tres años siguientes fue uno de los novilleros que más se dejaron oír, y el 30 de septiembre de 1893 tomó la alternativa en Sevilla de manos del citado «Bonarillo», mediante cesión del tero «Tesorero» , de Halcón, la cual le confirmó «Guerrita» en Madrid el 28 de octubre de 1894, con «Lagartijillo» de testigo y astados del duque de Veragua.

Ya hemos dicho lo poco que subió como matador de toros; nunca figuró en ferias importantes; pero siempre defendió con gran pundonor las posiciones que le fue dable ocupar.

Sufrió durante el tiempo que ejerció la profesión unas quince cornadas, bastantes de ellas de consideración, en las Plazas de Aroche, Nerva, Carmona, Madrid, Sevilla, Barcelona, Toulouse, Valencia y otras; pero jamás achicaron su valor tantos percances.

Con fecha 6 de septiembre de 1911 toreó su última corrida; fue en Huelva, alternando con «Cocherito» y Francisco Martín Vázquez en la lidia de seis mansos de Castellones; el día 8 se cortó la coleta; vivió retirado en dicha ciudad, muy querido de todos, por sus excelentes prendas personales, y allí falleció el 15 de enero de 1932.

DON VENTURA

 

Fuente: 

BDCYL – El Ruedo – Madrid, 31 de octubre de 1957