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Reglamentación taurina

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El primer Reglamento oficial que se publicó para el buen régimen de estos espectáculos fué dictado en 1852 por D. Melchor Ordóñez, que ha servido de base y fundamento a los numerosísimos que después se han publicado.

En el Reglamento suscrito por D. Melchor Ordóñez se habla repetidas veces de las obligaciones que competen al que deba presidir la corrida, pero no se expresa de modo claro y terminante a quién corresponde la presidencia, pues siempre que se trata del particular, se alude a la Autoridad competente, entendiéndose sin duda que ésta debía ser el propio Gobernador ó alguno de sus Delegados. Lo cierto es que durante los años que D. Melchor Ordóñez desempeñó el Gobierno civil de Madrid, como era gran aficionado y entendedor en cosas taurinas, él mismo se complacía en presidir la mayor parte de las corridas que por entonces se celebraban; pero conviene advertir que cuando él no ocupaba la presidencia, delegaba indefectiblemente en uno de los Tenientes Alcaldes el cumplimiento de semejante obligación.