- BANDERILLAS - AL RECORTE -
BANDERILLAS AL RECORTE
Dibujo por Macías
Una de las diferentes formas de ejecutar la suerte es la titulada de banderillas al recorte, calificada por Montes de Non plus ultra.
Cuando el repetido maestro se expresaba de este modo tenía razón sobrada para ello, y aún para añadir que era, de todas las que se ejecutaban en su tiempo, la más lucida, la más bonita y hasta la más efectista, por la mucha dificultad que tiene el lidiador para verificarla con la precisión que requiere.
Entonces no se conocía ni la suerte del cambio, invención de Antonio Carmona "el Gordito", que tanto asombro produjo, ni la forma de banderillear galleando, invención de Rafael Guerra "Guerrita", en alto grado sorprendente, y que á veces no ha podido ejecutar porque algunos lidiadores, no comprendiéndola, han metido inoportunamente el capote distrayendo la atención de la res y cambiándole el viaje, juzgando embrocado y expuesto a una cogida al diestro, cuando éste iba procurando perder terreno en la carrera para aguardar el momento de volverse y banderillear, según su propósito.
La suerte de banderillear al recorte se efectúa en la forma siguiente.
Hallándose el toro terciado sale el diestro hacia él como si fuese á recortar, y al llegar al centro de la suerte, en el momento preciso en que el toro humilla, le recorta haciendo el necesario quiebro de cuerpo, y retrasa algo la salida, quedándose muy cerca del costillar, casi de espaldas al testuz y vuelta la cara hacia él con los brazos levantados, teniendo la mano más próxima al cornúpeto, vuelta atrás, y la otra pasando por delante del cuello o la barbilla para igualar.
En tal posición, en el instante en que el bicho da el derrote, se clava él mismo los palos que tiene suspendidos el banderillero, que por suposición violenta no puede meterse ni agacharse para clavarlas en la humillación.
Una vez colocadas las banderillas, el diestro se echará fuera con la ligereza marcada por el arranque del animal.
Los mejores toros para esta suerte son los boyantes cuando van levantados; pero hay que cuidar al hacer el quiebro de salir lo necesario para que no le alcance el derrote. También son buenos los abantos que al sentir el castigo no harán por el lidiador, y los tuertos, teniendo cuidado de salir á su encuentro en la dirección del ojo que tienen útil.
A los toros que ganan terreno es preciso tomarles mucha delantera y salir formando un medio círculo, que terminar a con ligereza en el centro de la suerte, donde se hará el quiebro con presteza, saliendo con mucha ligereza en cuanto dejen los palos.
Si cortan demasiado el terreno y se comprende que no da lugar a pasarse, en este caso cambiará de dirección, escapando por pies.
Con los toros pegajosos y que se revuelven, el torero debe ir muy avisado, porque lo más seguro es que al colocarse cerca del costillar, el bicho, al volverse haga por el objeto con codicia.
Al partir el banderillero para banderillear en esta forma ha de procurar no atravesarse mucho para no taparse la salida, porque si tal le aconteciera no sólo no podrá consumar la suerte sino que la cogida será casi inevitable.
El diestro que no recorte bien debe evitar la ejecución de esta suerte, porque es expuesta en demasía, al menor descuido o retraso que tenga, y mucho más al hacer el quiebro, si no tiene precisión para salirse lo bastante del centro de la suerte.
En recuerdo, admiración y respeto a D. Leopoldo Vázquez y Rodríguez, Luís Gandullo y D. Leopoldo López de Saá - La Tauromaquia - 1895