×

Mensaje

Este sitio web utiliza 'cookies' para ofrecerle una mejor experiencia de navegación.

Ver documentos de la Directiva e-Privacy

Ha rechazado el uso de cookies. ¿Desea reconsiderar su decisión?

Don FELIPE DE PABLO ROMERO - 1 -

Atrás

  

Ganadería:   Don Felipe de Pablo Romero

Zona:     Sevilla

Hierro:  El hierro adopta la forma de una curva cerrada con cuatro salientes en cruz

Divisa:   Es celeste y blanca

Historia: 

Esta ganadería tuvo por elementos de formación, tres castas: la de las reses del duque de San Lorenzo, como originaria, y las de Benjumea y Cabrera como nueva simiente para mejorar la primitiva.

La del duque de San Lorenzo fue una vacada famosísima, oriunda de la de los Gallardo del Puerto de Santa María, que a su vez la fundó un sacerdote de Rota llamado D. Marcelino B. de Quirós, con vacas bravas andaluzas y toros navarros, allá por los años 1760 al 1764. Los toros del duque alcanzaron gran celebridad por su bravura y buen tipo, y el de San Lorenzo mereció grandes alabanzas en su época, por el esmero con que practicaba todas las operaciones de selección, y por el cuidado y esmero que puso en la cría de sus reses.

Estas llegaron a un grado sumo de perfección, con las cruzas hechas con sementales de Benjumea, y al ocurrir una epidemia al ganado vacuno en 1874, rehizo el de San Lorenzo su vacada con elementos de la famosa de Cabrera.

Llegado ya a su período álgido el buen nombre de la ganadería, y conceptuadas como reses de lidia superiores las de la propiedad del duque de San Lorenzo, enajenó éste la propiedad de la misma, a D. Rafael Laffite, a fines del referido año de 1874, que cuatro años antes había adquirido la del Sr. Barbero, y ya con el nombre de aquél, se jugaron por primera vez en Madrid con divisa encarnada, blanca y amarilla, en la 14ª media corrida que se celebró el 11 de Julio de 1875, siendo la primera ganadería que se estrenó en la plaza actual, inaugurada el 4 de septiembre de 1874.

Este señor D. Rafael Laffite, por causas difíciles de averiguar, no puso en los primeros años el cuido necesario para conservar la casta a la altura en que se hallaba cuando comenzó a figurar como criador de reses bravas, y de aquí que se originó la grave situación a que antes hemos hecho referencia, y que comprometió la justa fama de los antiguos toros del duque de San Lorenzo.

Bastardeadas las castas por negligencia o descuido, perdieron mucho de sus prestigios y renombre, y advertido de ello el Sr. Laffite, intentó poner tardíamente remedio al daño. No lo consiguió, por cierto, y esto influyó sin duda, en el ánimo del dueño, que se propuso deshacerse de la ganadería, adquiriéndola D. Carlos Conradi, de Sevilla, que a los diez meses se la cedió, en su mayor parte, a D. Felipe de Pablo Romero en el año 1885.

En posesión este señor de una vacada de mucho abolengo, pero defectuosa por las circunstancias referidas, se propuso extirpar el mal donde quiera que existiese, y rehacer la perdida fama de la casta. Un trabajo ímprobo, innumerables sacrificios, una asiduidad y un celo exquisito y una voluntariosa fe en su empresa hicieron el milagro, y a los pocos años se jugaron en Madrid reses de Pablo Romero, en la corrida inauguración de la temporada de 1888, que dieron un resultado excelente. Otras corridas, lidiadas en el mismo y siguientes años, consolidaron de nuevo la fama de los antiguos toros del duque de San Lorenzo, y la casta recuperó bien pronto el terreno que le hiciera perder D. Rafael Laffite.

Notas históricas:     

Estos toros eran de gran alzada y excelente trapío, finos y con mucha ligereza, que conservaban hasta en el último tercio, por lo cual muchos diestros los miraban con injustificada prevención. Eran bravos y duros en la suerte de varas, y llegaban con facultades a la hora postrera.

Muchos toros de brillante nota figuran el historial de la ganadería, y merecen mencionarse cuatro de los seis lidiados en Cádiz, el 17 de abril de 1865. Se llamaron "Molinero", "Cerrajero", "Capuchino" y "Camama", y entre los cuatro tomaron 40 varas, proporcionaron 25 caídas y mataron 21 caballos. El primero de ellos, o sea "Molinero", envió a la enfermería a tres picadores.

Los toros "Carcelero", "Calzonero", "Cochinito", "Caparrota", "Trompetero", "Cuchillero" y "Chato", fueron famosos, y el denominado "Valiente", lidiado en el Puerto de Santa María, el 24 de junio de 1873, dio una cornada en una pierna al diestro Rafael Bejarano "el Cano", que le produjo la muerte.

Los pelos más generales en esta vacada, son el negro, el berrendo y algunos castaños.

Notas:     

Esta era una de las ganaderías andaluzas que mayor relieve daban a un cartel y que estaban conceptuadas como de primera fila.

Su reputación era, por cierto, de las más legítimas, y este es precisamente un caso en los que todos los elogios son pocos para alabar la perseverancia, pulcritud y firmísima voluntad de un ganadero inteligente y celoso, pues, esta vacada experimentó una grave crisis, de que la salvó en relativo corto espacio de tiempo el Sr. D. Felipe de Pablo Romero.

Fuente documental:       

Biblioteca Digital de Castilla y León - Biblioteca Digital Taurina

 https://bibliotecadigital.jcyl.es/ 

Obra: Toros de Lidia por don Samuel Tena Lacen Madrid - 1907