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Genérico - Festejos Populares -

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Por su gran interés didáctico e informativo, y con el fin de facilitar y potenciar el conocimiento de la fiesta de los toros, reproducimos con admiración y respeto parte de la obra de la Junta de Andalucía. Consejería de Gobernación. Dirección General de Espectáculos Públicos, Juego y Actividades Recreativas. Cuadernos de Aula Taurina: Otras Tauromaquias, por D. José María Martínez Parras. Sevilla, 2007.

FESTEJOS POPULARES

Las corridas de toros y los festejos del arte del rejoneo son los espectáculos taurinos por antonomasia. Sin embargo, todos los años se celebran en España miles de festejos populares (muchos de ellos incruentos) que constituyen el atractivo fundamental, el eje alrededor del cual giran las fiestas de multitud de pueblos y ciudades y en los hay una participación popular espontánea y multitudinaria.

Aunque el hombre siempre se ha sentido atraído por el toro y en los pueblos de la antigüedad ya se celebraban juegos taurinos, parece que el origen de los festejos populares se encuentra en la caza y posterior traslado de los toros capturados, hasta los pueblos y ciudades, para utilizar su carne como alimento o para emplearlos en el trabajo. También, en ciertos rituales relacionados con determinadas ceremonias como bodas al ser considerado el toro como un símbolo de la fuerza generadora de la vida en la naturaleza.

Estos festejos se celebran en casi todas las regiones españolas, siendo en las comunidades de Madrid, Valencia, Aragón, Navarra y Castilla León donde alcanzan su máxima popularidad. También, aunque con menor repercusión, se celebran en Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha e, incluso, en algunos lugares de Cataluña y el País Vasco. Respecto a los recintos donde tienen lugar, muchos de ellos se celebran en las calles y plazas de los pueblos y ciudades. Otros, en las propias plazas de toros.

Aunque algunos de estos festejos se vienen celebrando desde época inmemorial, la mayoría tienen sus orígenes en la Edad Media y cada uno tiene su propia idiosincrasia, su propio ritual. Unos, consisten simplemente en correr delante o junto a los toros, como ocurre en los encierros; otros, en citar a los animales y esquivar sus embestidas de la mejor manera posible o en tocarlos, sobre todo en los cuernos, como ocurre en la suelta de reses ensogadas o no. Sin duda, burlar las embestidas de las reses ha sido desde siempre y sigue siéndolo en la actualidad, el máximo atractivo de estos festejos y lo que ha originado mayor diversidad de suertes: capeos, quiebros, recortes, saltos ...

 

La gran afición que entre los jóvenes hay en muchos lugares a practicar estas formas primitivas de tauromaquia ha tenido como consecuencia el que surja la figura del especialista. Ello, unido a la perfección que, en algunos casos, se ha conseguido en la interpretación de estas suertes ha llevado, recientemente, a la creación de espectáculos de exhibición o concursos diversos (de recortadores de anillas, etc.) que tienen una gran aceptación de público. Anualmente, se celebran concursos de recortadores en muchas plazas de toros de importancia como Madrid, Valencia, Zaragoza, Pamplona o Castellón con una respuesta de público multitudinaria. Se trata, pues, de festejos tradicionales que están en permanente renovación.

Un festejo muy original es el espectáculo de los roscaderos, que perpetúa una antigua forma de tentar reses, típica de las ganaderías asentadas en la ribera del río Ebro.

El auge espectacular que actualmente tienen los festejos populares ha llevado a la aparición de revistas especializadas, como Bous al Carrer o La Talanquera que, a su vez, han contribuido enormemente a su difusión; las tiradas de estas ponen de manifiesto el interés que suscitan entre sus seguidores. También un gran número de páginas web informan de todo lo relacionado con este mundo y reciben miles de visitas diarias.

La tradición taurina no se constriñe al territorio español sino que también es propia de países o regiones limítrofes como el sur de Francia y Portugal.

En Francia, donde también se celebran corridas de toros, existe una larga tradición taurina que tiene su cenit en dos espectáculos autóctonos: la Corrida Landesa y la Corrida Camarguesa.

En Portugal, las corridas de toros con la participación de cavaleiros y forcados o Corridas a la Portuguesa constituyen su referente taurino, aunque también se celebran otros festejos, mucho menos conocidos, y de gran originalidad como las Capeias Arraianas o las Picarias a Vara Larga, que nos retrotraen a las corridas de varilargueros del siglo XVIII.

Los españoles, al colonizar América, llevaron también sus festejos taurinos y allí dejaron las suertes del momento que, en muchos casos, han permanecido casi sin sufrir ningún cambio, aunque también surgieron nuevas suertes que aun se conservan hoy como la monta de toros. Todo ello ha dado lugar a espectáculos autóctonos como las charreadas o jaripeos mexicanos, las carralejas o los toros a la tica.

Desde otra perspectiva, cabe también destacar los deseos de innovar por parte de algunos artistas con la gestación de nuevos espectáculos taurinos como los que se organizan expresamente para la Feria Mundial del Toro que se organiza en Sevilla o los que ha montado el dramaturgo Salvador Távora como Carmen, Don Juan en los Ruedos o La Corrida Moderna y que constituyen nuevas formas de mostrar la fiesta de los toros. 

Pues bien, con el fin de ofrecer una visión lo más completa posible de las distintas fiestas de toros e intentar contribuir a su difusión y conocimiento, este último ejemplar de Cuadernos de Aula Taurina trata, precisamente, de estas Otras Tauromaquias, que muchas veces son desconocidas o simplemente ignoradas por los aficionados a las corridas de toros, a pesar de la importancia que tienen, no sólo como referente festivo de muchas localidades, sino también por su gran valor etnográfico e historicista, pues nos ofrecen la oportunidad de contemplar suertes simples, intuitivas -en el sentido de que consisten en esquivar embestidas de forma natural- y primitivas que ya debían practicarse en siglos pasados y que nos permiten comprender mejor cómo han evolucionado las corridas de toros.

Por: D. José María Martínez Parras