Definición:
A TOPA CARNERO o a pie firme
Suerte de Banderillas
Primera descripción:
El maestro "Paquiro" la define así:
"El modo de hacerla es situarse el diestro a larga distancia del toro y de cara a él; ya venga levantado, ya citándolo lo obliga a que le parta, con lo cual es igual el todo de la suerte; estando en esta disposición, tendrá parados los pies hasta que el toro llegue a jurisdicción y humille, en cuyo momento, con gran ligereza, hará un quiebro, con lo que saldrá del embroque, y cuadrándose con él, le meterá los brazos estando ya fuera de su jurisdicción, con lo que el remate es seguro. No hay necesidad de salir por pies, siendo boyante el toro, y sólo aconsejo que se les haga cuando ellos los tengan".
Notas - Primera descripción
Adviértase, pues, la diferencia entre el par al "quiebro" y el de "a topa carnero":
a) en el primero, se quiebra, o tuerce el viaje del toro, permaneciendo el banderillero en su sitio ("el toro no sigue el viaje iniciado sino que, por la inteligencia del hombre, hace un "zig-zag" en él").
b) en el segundo, se esquiva el embroque, realizándose una permuta entre los terrenos del torero y el toro ("el viaje sigue en línea recta y es el diestro el que se quita de él").
Segunda descripción:
La ejecución de tal suerte exige en el diestro que la lleve a efecto la cualidad esencialísima de tener serenidad para ver llegar los toros, sin que la rapidez de la marcha de éstos ni el aparato de la bravura con que acomete le hagan vacilar un punto.
El banderillero que quiera poner los rehiletes a topa-carnero (hoy no quiere nadie, y antiguamente han querido o lo han intentado pocos) citará a la res como para practicar el quiebro, la esperará a pie firme, la dejará llegar, y cuando humille para tirar el derrote, se librará del embroque marcando el mencionado quiebro.
Mas claro: las banderillas al quiebro se diferencian de las de a topa-carnero en que en el primer caso no es preciso dejar llegar tanto al toro y se clavan antes de que éste humille, mientras que en el segundo es necesario que el animal llegue a la barriga del lidiador para clavar los palos en el instante de humillar.
Notas - Segunda descripción:
Por esto he dicho antes que esta suerte es de más exposición y que reclama imperiosamente en el torero, requiere una cualidad muy esencial, la de la serenidad, pues la más ligera zozobra, un momento de duda, puede determinar un percance.
El terror instantáneo, el azoramiento en el momento crítico, pueden poner al hombre, que es la inteligencia que burla, a merced del bruto que se intenta burlar.
Primera fuente:
Enciclopedia Taurina: Editorial de Gassó Hnos. por José Silva Aramburu "Pepe Alegrías"
Segunda fuente:
Biblioteca Digital Castilla y León
https://bibliotecadigital.jcyl.es
Semanario Taurino - La Fiesta Brava, por El Licenciado Torralba