1 -*- GALLEOS -*- CONCEPTO
GALLEOS
Los galleos constituyen una de las suertes más vistosas, seguras y lucidas.
Se ejecutan de dos maneras.
Una de ellas consiste en que al salir el toro del chiquero, y aprovechando ese momento en que aún no ha perdido ninguna de sus facultades y en la suerte encontrada, se coloca el lidiador el capote de un modo semejante al que se emplea para el toreo de frente por detrás, y se encamina hacia la res describiendo una curva cuyo fin es el centro de la suerte.
Entonces, y al percibir la acometida, arranca delante del toro, llevándole empapado, girando los brazos de derecha a izquierda, yendo de este modo y ganando en lucimiento cuanta mayor sea la fuerza y velocidad de su carrera.
Debe procurarse rematar muy bien para en el instante oportuno en que la carrera del toro pierde en intensidad y aprovechando su postrer ímpetu ejecutar otra de las muchas suertes que se pueden improvisar con arreglo a las circunstancias y según el gusto que tenga el lidiador.
Otra manera de practicarse el galleo es la denominada del bu, que se ejecuta cuando el bicho está a media pelea a la salida de un quite, y se lleva a cabo colocándose la capa en la forma natural, partiendo hacia el toro como para, recortarle, y al estar en el centro girar los brazos de derecha a izquierda y quebrar con el cuerpo cuando, embebido en el capote, está humillado, operación que se repite en un viaje determinado las veces que sea posible saliéndose de la suerte ya corriendo por derecho, ya marcando al animal la conveniente salida.
Se da por algunos el nombre de galleo, cuando el diestro, llevando recogido el capote en una de las manos, al llegar al centro de los quiebros se acerca al toro para que humille, en cuyo momento toma el lidiador la salida y cambia el capote a la otra mano, haciendo un quiebro de cintura, con lo que el bicho toma viaje por su espalda y da el derrote fuera.
También se da el nombre de galleo cuando el diestro, viendo venir al bicho hacia él, tira el capote al hocico de su adversario al llegar a jurisdicción, pero sujetándole por uno de sus extremos, con lo que se consigue que humille, pasándose en este momento por delante de la cara á ocupar su terreno, haciendo el quiebro necesario y encontrándose libre. Entonces tirará del trapo con rapidez, sufriendo el bicho un fuerte destronque que lo hará hocicar detrás del lidiador.
Las dos primeras suertes del galleo, que son las que verdaderamente merecen tal nombre, pueden ejecutarse con los toros bravos que tienen facultades, con los abantos, los que se ciñen y los revoltosos, debiendo evitar el llevarla a la práctica con los aplomados y los burriciegos.
Han galleado con gran habilidad y lucimiento Montes, Cayetano, Cúchares y Francisco Sánchez (Frascuelo).
En recuerdo, admiración y respeto a D. Leopoldo Vázquez y Rodríguez, Luís Gandullo y D. Leopoldo López de Saá - La Tauromaquia - 1895