- SUERTES - CONCEPTO -
Pase de muleta sentado al estribo
SUERTES - CONCEPTO
En las teorías taurómacas se comprende bajo la denominación de ver llegar los toros, a las condiciones de presencia de ánimo o serenidad con que el torero espera la acometida de la res para efectuar la suerte, entendiéndose que en la mayor parte de los casos, la carencia súbita de esta serenidad, una duda momentánea que sugiera el desconocimiento de lo que se intenta practicar ó el aceleramiento que impide al llegar el toro a jurisdicción, ver si se debe o no enmendar el terreno, si se ha de esperar inmóvil el ataque, separar, acortar o agrandar el engaño, son la mayor parte de las veces el origen de las grandes cogidas.
Al arrancar el toro, y juzgando por su movimiento de avance, debe brotar rápidamente en la imaginación del torero, todo el plan de la suerte y modo de salir de la misma.
Antes de sacudir el capote frente a la cabeza del animal, hace falta una cosa:
Dominio sobre él
Éste dominio se alcanza únicamente con la exacta apreciación de sus defectos y condiciones en general.
En la ejecución de la suerte, debe desaparecer una cosa:
La duda
Sin la duda podrá salirse bien o mal, con aplausos o sin aplausos, pero ileso.
Sintiendo la duda como causa preliminar, lo más probable es sufrir alguna cornada.
Otro defecto hay, del que debe prescindir el lidiador siempre que pueda.
Y decimos siempre que pueda, porque consideramos muy difícil evitarle en ciertos momentos en que la vanidad nos ciega y el amor propio nos hace considerar como cosa despreciable la vida:
La obcecación
Esa es la peor consejera de los toreros, toda vez que se produce en los casos desesperados, cuando la impaciencia del público ó el mucho tiempo que se lleva empleado en el intento de la suerte, deciden al lidiador a jugar el todo por el todo, entregándose, sin meditar las consecuencias que su impremeditación le puede traer, ó destruyendo si á mano viene una faena perfectamente llevada en principio, y que se desea concluir cuanto antes, abreviando del peor modo y haciendo caso omiso de las consideraciones que al público se deben.
En la ejecución de los recortes y cambios, es también muy necesaria esta presencia de ánimo al ver llegar los toros, teniendo especial cuidado de observar cuándo el enemigo entra en el centro de la suerte, para en el instante preciso en que meta la cabeza con el deseo de coger, practicar aquellos con seguridad, volviendo la cara, á fin de observar la salida que toma el bicho, ver si se repone pronto y si le sigue en el viaje, para salir con la ligereza que en tal caso le indiquen sus facultades.
El espada debe tener en mucho el ver llegar los toros en los pases de muleta, porque si no adelantará el pase antes de que el toro tome el engaño, y como no está empapado en él, la cogida es casi una consecuencia indefectible.
Y si en los pases es tan preciso esto, en la suerte de estoquear muchísimo más, por lo complejo de la ejecución por lo variado de los movimientos que se han de imprimir por lo variado de los movimientos que se han de imprimir a la vez con el cuerpo para hacer el quiebro necesario, con el brazo izquierdo para marcar la salida de la res, y con el derecho para dejar clavado el estoque, imprimiendo otros a las piernas para salir de la suerte con limpieza.
De no reunir el diestro esta condición ineludible de conservar la serenidad necesaria para ver llegar los toros sin adelantar los movimientos que ha de ejecutar, dependen la mayoría de las cogidas que sufren los toreros.
En recuerdo, admiración y respeto a D. Leopoldo Vázquez y Rodríguez, Luís Gandullo y D. Leopoldo López de Saá - La Tauromaquia - 1895