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VERÓNICA

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Lance:     

VERÓNICA

Suerte:  de Capa

Descripción:   

Suerte por delante, en la rectitud del toro, en la que al rematar el torero gana terreno hasta las afueras, de modo que tras una serie ligada de ellas el toro quede en el centro de la plaza.

La verónica, que es el lance de capa por excelencia, y cuya invención se atribuye a Costillares, toma su nombre de la mujer que en el Nuevo Testamento limpió de sangre el rostro de Jesucristo camino del Calvario, debido a que al citar el torero al toro le presenta el capote justo en medio de la cara.

La forma clásica de ejecutar la verónica es cargando la suerte (el cuerpo del torero de perfil, los pies quietos, y alargando los brazos a un lado.

Notas:     

Para los dos viejos matadores que echaron los cimientos del arte de torear, la forma de ejecutar el lance de la verónica no tiene duda; de frente por completo.

"Pepe-Hillo" -primero de los aludidos-, es quien bautiza el lance con el nombre conservado hasta nosotros y lo define así:

"Llamóse de la verónica aquella suerte que el diestro ejecuta situándose con la capa rigurosamente enfrente del toro".

Y Francisco Montes "Paquiro", en su "Tauromaquia" escribe:

"La primera suerte de que debemos hablar es la verónica, o sea de frente. Sitúase el diestro enfrente del toro, de tal modo que sus pies están mirando hacia las manos de éste, y a una distancia proporcionada según sus piernas".

Así, de frente, siguen veroniqueando Cayetano Zanz, "Cara-Ancha" y Antonio Fuentes, maestros en el menester, hasta que llega "Guerrita" y altera el procedimiento con este precepto de la "Tauromaquia", publicada bajo su dirección:

"Se coloca el diestro de costado, en rectitud del toro, y a la distancia que le indiquen las facultades de su adversario".

"La suerte practicada en esta forma resulta de más lucimiento y más parada que cuando el lidiador da la cara al toro, situándose de frente, porque para repetirla tiene, por lo menos, que dar media vuelta sobre los talones".

Pero lo que no decía "Guerrita" es que, si bien de esta forma el astado pasa más cerca del cuerpo del torero, se ha omitido un tiempo en la ejecución; el de recibir al toro de frente, haciendo variar de manera total su embestida, su ruta, su camino. Y era aquí donde el verdadero peligro del lance existía y se hacía patente.

El continuador de las normas expuestas por "Guerrita" para la ejecución del lance de la verónica, fue Juan Belmonte, sentando inconmovible la teoría del temple y del aguante.

El lance adquiere mayor belleza bajando las manos, a la manera del maestro "Gitanillo de Triana", abriendo levemente las piernas, cargando la suerte y en esta forma despedir al toro, graduando la lentitud de los movimientos a la velocidad de la embestida.

Fuente:   

Enciclopedia Taurina: Editorial de Gassó Hnos. por José Silva Aramburu "Pepe Alegrías"