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Antiguamente tenía su asiento en la meseta del toril, pero fué cambiada su colocación por afirmarse que perturbaba e inquietaba con exceso a las reses que se hallaban enchiqueradas debajo.
Actúan en el paseillo, entre toros, y como norma en los momentos más lúcidos de las faenas de muleta, y siempre que banderillean los matadores.
Esta norma se quiebra en la Plaza de Toros Monumental de Las Ventas del Espíritu Santo, pués por tradición no se "toca" la música durante la lidia de los toros, en ninguno de los tres tercios.
El motivo, es un hecho ocurrido el día 24 de Mayo de 1939, durante la celebración de la llamada "Corrida de la Victoria", primer festejo taurino que se celebraba en dicha plaza después de la guerra civil.
El cartel lo integraban el rejoneador D. Antonio Cañero y los espadas Marcial Lalanda, Vicente Barrera, Pepe Amorós, Domingo Ortega, Pepe Bienvenida y Luís Gómez "El Estudiante".
Durante la faena de Marcial Lalanda al primer toro de la tarde, el público pidió que tocase la música para amenizar la faena, interpretándose un pasodoble dedicado a él. Por el contrario, la faena antológica que Domingo Ortega realizó al cuarto toro, la ejecutó sin que sonase la música; hecho éste que protestaron ruidosamente los partidarios del diestro de Borox.
Fué a partir de entonces cuando se acordó que dejase de sonar la música durante las faenas realizadas en la Monumental de Las Ventas.
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