D. TANCREDO - Año Taurino 1789 - 13 de diciembre de 1789
AÑO TAURINO 1789 - Día 13 de diciembre de 1789
No son cosas de los tiempos actuales las mojigangas taurinas, y no necesitamos esforzarnos en la demostración, porque los aficionados al arte nacional, los verdaderos aficionados, no los que de ello presumen por andar entre maletas y pronunciar de vez en cuando algunas de las frases corrientes en el argot taurómaco, saben perfectamente, sin que lo digamos nosotros, que desde que se regularizó el espectáculo que tanto horror inspira a D. José Navarrete, y del que tantas pestes echa el señor Ferreras, en los pueblos en que no se dispone de medios para organizar corridas formales, diviértense los émulos de Pepe-lllo con capeas y simulacros de capeas, que sólo se llaman fiestas taurinas porque en ellas se hace tomar parte a los cornúpetos, pero que tanto distan de la lidia de reses bravas como los taurófobos de conseguir la supresión del divertimiento clásico de la española gente.
Ese famoso D. Tancredo, que durante la temporada última ha hecho las delicias de los andaluces, y al que por cierto le han salido muchos imitadores, nada tiene de original más que el traje de Comendador con que se ha presentado a hipnotizar los toros; pues desahogados de esa naturaleza los ha habido, y muchos, en todos los tiempos del toreo, y si es cierto que no se anunciaban como asustadores de reses bravas, prometían y ejecutaban otras sandeces y desatinos del mismo orden, que las gentes les reían, y que a ellos les resolvía el problema de ganarse algunos maravedises.
A titulo de curiosidad, y para que se vea que no sólo en los pueblos de corto vecindario, sino también en capitales de provincia se verificaban, como siguen verificándose, mojigangas taurinas, a continuación copiamos el programa de un espectáculo que se celebró en Badajoz en el primer tercio del siglo que espira ya, y cuyo programa dice así:
«Con superior permiso.—Hoy lunes se ejecutará una gran corrida de novillos de las acreditadas toradas de Jerez.
Se dará principio con un toro ensillado, y montado un figurón que divertirá a los concurrentes.
Los demás toros serán capeados y puestos parches de colores, y ejecutando la famosa suerte del Para-Aguas, se pondrá otro muñeco de mujer enfrente del toril.
El Torero Portugués hará otras suertes del mayor gusto.
Los toros son de 5, 6 y 7 años.
Entradas a 2 reales.
Militares a 1 real.
Palcos a 16 reales.
A las 5 de la tarde.
Se venden los Palcos y las Entradas en el Teatro y enfrente de la Plaza.»
De la misma índole que el espectáculo anunciado en el programa precedente, cuya redacción, dicho sea de paso, deja mucho que desear, se han celebrado antes y después de la fecha en que se verificó en la capital de Extremadura la mojiganga aludida, otras mojigangas, cuyo encanto no nos explicamos bien, a no ser que lo tenga para los profanos en el arte nacional.
En Madrid mismo, en la capital del reino de España, morada de los Reyes y residencia de aficionados competentes, se han verificado estos bochornosos espectáculos, siquiera no haya sido con la frecuencia que en otros pueblos.
Y para que no se crea que hablamos por hablar, sepan los que ya no lo supieren, que en la plaza de la Corte se verificó el 13 de Diciembre de 1789 un espectáculo, en el que, entre otras cosas ridículas y reñidas con el verdadero arte de la lidia, se presentó a picar un toro a pie, con garrocha, un tal Ramón de la Rosa, cuyo único mérito consistió en hacer reír con sus desplantes atrevidos, como excita hoy la hilaridad de los públicos el D. Tancredo López cuando rueda por la arena de los cosos al ser acometido por las reses a que pretende hipnotizar.
BDCYL - Publicado en el Semanario Taurino Ilustrado Sol y Sombra - Madrid, 13 de diciembre de 1900.