- BIOGRAFÍA - Ignacio Sánchez Mejías
IGNACIO SÁNCHEZ MEJÍAS
Nació en Sevilla el 6 de junio de 1891.
Hijo de un médico afamado en la ciudad recibió esmerada educación y comenzó a cursar una carrera; pero Ignacio, que desde muy jovencillo fue voluntarioso y ambicionaba notoriedad y fortuna, decidió de pronto ser torero, y, por librarse de la oposición paterna, no halló mejor arbitrio que embarcarse un buen día de "polizón" en un barco con rumbo a México.
Allí comenzó a torear en serio -temporada 1910-11- como banderillero, aunque también mató alguna vez novillotes.
Regresó a España obtuvo el perdón familiar é ingresó en la cuadrilla de "Corchaito", con quien fue a Venezuela y Perú, encantado de correr mundo su espíritu aventurero.
En 1913 consiguió que "Machaquito" le llevara como banderillero, y, pon su cuenta mató algunas novilladas, debutando como matador en Madrid el 7 de septiembre de aquel año.
Fracasó y volvió a las banderillas, sin cuadrilla fija, hasta que "Joselito", ya su cuñado, le incorporó a la suya y en ella estuvo cuatro temporadas, destacando notablemente como banderillero y peón, en lo que llegó a ser uno de los mejores de la época.
Sin embargo, Ignacio aspiraba a más, y en 1918 volvió a coger los trastos de matar; esta vez con mejor fortuna, pues el éxito le acompañó por todas partes, colocándole en cabeza de la novillería.
El 16 de marzo de 1919, tomó la alternativa en Barcelona ("Joselito" y Belmonte; toros de don Vicente Martínez). Aquel año toreó 50 corridas, pero contrató más, que no pudo torear por diversas cogidas.
Se confirmó en Madrid, con toros de la misma ganadería, ("Joselito", Belmonte y "Varelito" 5 abril 1920). Y de ahí, salió erigido en figura de primera clase, lugar en el que se mantuvo varios años, toreando alguno de ellos más de 90 tardes. Hasta el 3 de julio de 1927, que toreó en Pontevedra y por la noche decidió retirarse del toreo.
Y dicho y hecho, que Ignacio fue siempre hombre de rotundas decisiones. Por ello, unido a un amor propio indomable y a su valentía natural, Sánchez Mejía pudo ser lo que fue: un buen torero, tal vez sin mucha técnica ni gran finura, pero, amigos, con un arte intuitivo, que su valor, realmente extraordinario, hacía emocionante y su gran voluntad pundonorosa lograba superar constantemente. Con lo que fue una excepcional notabilidad fue con las banderillas, pues dominaba todas las suertes poniendo en la ejecución de algunas una emoción de angustia para el espectador.
En 1934, inopinadamente reapareció en los ruedos y despachó algunas corridas, sin entusiasmo suyo ni de los públicos, y toreando en Manzanares (Ciudad Real) el 11 de agosto (toros de Ayala: "Armillita Chico" y Alfredo Corrochano) recibió tan terrible cornada en un muslo que, a consecuencia de ella, falleció en Madrid dos días después. Y así acabó Ignacio Sánchez Mejía, torero valiente y original escritor, ejemplo vivo de voluntad ante la vida y de pundonor ante los toros ...
CURRO MELOJA - 1945
Fotografía: Álbum Fotográfico Taurino - "Curro Meloja", don Carlos de Larra - 1945