JUAN y PEDRO PALOMO
JUAN Y PEDRO PALOMO
En el archivo municipal de Sevilla, sección de «Curiosidades locales» (siglo XVIII), manuscrito intitulado Fechas sevillanas, atribuido al anticuario González de León (Don Juan Nepomuceno), y al folio ciento cuatro, se lee esta curiosa noticia de los hermanos Palomo, estoqueadores de la Real Maestranza de caballería de esta ciudad:
—«Otra.— Por días de S. M. Don Fernando el Sexto (Q. D. G.) y honra del Santo rey. Conquistador de Sevilla, dispuso para esta tarde la Real Maestranza una extraordinaria función (1748) en su plaza en el altillo del Arenal, empezada a construir por su frente ante los depósitos de leñas y maderaxe del muelle viexo; convidando al Asistente, Don Ginés de Hermosa y Espexo, brigadier de los exérzitos reales y superintendente de moneda, minas y azogue, a la Ciudad en dos cadahalsos, guarnecidos de damascos y tapizes, al cuerpo de nobleza, ofizialidad del reximiento de caballería del Prínzipe, damas y sugetos de distinzion y viso, tribunales y diputaziones de stilo en tales casos. Empezóse la fiesta por correr parexas, caudilladas por Don Félix Joseph de Clarebout y Don Pedro Lasso de la Vega, que hizieron mui luzidas evoluciones, lazos, pasadas, círculos y entradas y salidas de a dos de frente, aplaudidos del combite y menudo pueblo de las andamiadas, conzedidas a los alquiladores, só la vixilanzia de alguaziles de la justizia para evitar desmanes. Tras desto jugáronse cabezas por dos cuadrillas al mando de Don Juan de Vargas Machuca y Don Lorenzo de Ibarburu, capitanes de hueste; una celeste y blanca en divisas, y la otra grana y oro, que bravamente compitieron en maestría, lixereza y bizarro porte. La cuadrilla de varilargueros y chulos lidió un toro de D. José Rodriguez, vezino de Cantillana, capeado por Esteller, el valenciano, quien le puso dos pares de rehiletes de bombas, con páxaros dentro, que al sacudir la fiera los lomos, y rompidas las mallas de papel, salieron volando libres.
Juan Palomo, el sota-alcayde del Rastro, mozo mayor de quadra de la Maestranza, le brindó a Don Ginés de Hermosa, y con el sombrero de toquilla en la siniestra mano, y un verduguillo ancho y corto «de filo doble en la diestra, fuese para el toro, incitándole hasta que le partió derecho, y envasole el azero al rehurto del cuerpo del testuz, de cuyo golpe cayó no lexos de allí, rematándole con el cachete el Chano de San Benito de la Calzada, portero de la Fábrica Real de tabacos en San Pedro.
Abrieron el toril otro toro de la viuda de González, avecindada en Coria del rio, y negro listón, con divisa grana por oriundo de Cabrera. Obligáronle los picadores de vara larga, apretándolo reziamente porque salió floxo, aunque acrecióse al castigo, y entrándose por la salida de Cosme, el Francesillo, le hirió la jaca que a botes y corcobos lo derribó en tierra, lastimándolo en cabeça y pechos, por lo que fue luego retirado. Juan Palomo le dio tres lanzes de capa muy buenos, quitándole la divisa en un quarteo bien ceñido, y su hermano Pedro, después de un par de rehiletes del Naranjito, de Castillexa de Guzmán, brindó la suerte a Don Gaspar de Urrutia, Contador de la Real Fábrica de tabacos, y buscando a la fiera la citó de largo, con que no quiso acudille, siendo menester que Juan se la sacara de querenzia con el capote, y al venir en él embebido se tropezó, metiéndole el verduguillo un tanto bajo, más lo suficiente a que a pocos pasos cayera para no alzarse más.
Luego entró la capea de un becerro por los chulos, que retiraron harto molido de la briega los cabestros del encerrador de Tablada, y un torete embolado, con dos medias-onzas en las astas en bolsines de cuero, conque grandemente se divertió la ordinaria chusma hasta cercano el oscurecer. Los Palomos, Juan y Pedro, tienen que ver mucho por la valentía y presenzia de ánimo, conque executan las muertes de toros sin otra defensa de sus personas que el sombrero de toquilla, y en Xerez, y en Córdoba, y en Cádiz, donde estos años pasados fueron a trabajar en diferentes fiestas causaron admirazion grandísima, como en Carmona a donde dellos sacaron motete que decia —«Juan Palomo y Pedro Palomo, buen par de pichones.»—Ahora dicen que irán a la villa de Utrera para la festividad de Santiago, donde les echan toros de Don Diego de Solís, que Dios los saque en paz y bien de semejante jornada.»
En recuerdo, admiración y respeto a Don José Velázquez y Sánchez - Anales del Toreo - 1868