JOSÉ GÓMEZ ORTEGA - "JOSELITO" - SEMBLANZA - 1920 + 1928
JOSÉ GÓMEZ ORTEGA - 1920 + 1928 - ocho años -
Una décima de segundo en la trayectoria del Tiempo.
Un siglo desde que Joselito el Maestro de Gelves dejó de existir, in córpore, muerto trágicamente en el tauródromo de Talavera de la Reina, el día 16 de mayo de 1920, desgarradas sus vísceras abdominales, por el corneo puñal del toro "'Bailaor", perteneciente a la ganadería de la Sra. Vda. de Ortega.
Efemérides fúnebre, sangrienta y luctuosa, que marca un "parón" en la evolución de la fiesta, por la supresión del genio de la Tauromaquia, encarnado en el muerto trágicamente en la ciudad de Talavera.
Al recordar la fecha fatal, en ese octavo aniversario; como en años anteriores no podemos alejar de nuestra mente, la fatídica y atormentadora tarde que esteriotipizó este alto en el esplendor de las corridas de toros; pues están faltas del jefe supremo de magnas condiciones en el arte de dominar reses bravas, del guía mentor de las normas a seguir; quedó el espectáculo huérfano de la hegemonía que este gran dominador y figura de magnas proporciones, daba a la fiesta de los toros.
Desaparecido "Joselito" quedaron como paralizadas las voluntades; los que siguieron tomándolo como mentor, faltos del Maestro que les marcaba los senderos de la Victoria, se hallaron desorientados. Todos los brigadieres de la Tauromaquia quisieron ser capitanes generales, colgarse el tercer entorchado. Hubo "conclave", elecciones, plebiscitos, asambleas y, la silla papal de la Tauromaquia, el 16 de mayo de 1928, sigue tan vacía como la dejara "Joselito" el 16 de mayo de 1920.
"Joselito", joven, con una afición grandísima, pletórico de facultades, lleno de risueñas y halagadoras esperanzas, con profundos conocimientos del arte de dominar reses bravas; era el faro de la afición taurina, espejo de sus colegas y el sugestionador de las muchedumbres, que hipnotizaba por el arte soberano de sus magnas faenas, acudían a las Mezquitas de Tauro, más fanatizados que los mahometanos van a las Pagodas de Alá donde los fervientes enamorados del Dios Tauro acuden a ver oficiar a sus sacerdotes y que se extasiaban cuando el que oficiaba era el Sumo Pontífice de la Tauromaquia, José Gómez Ortega "Joselito el Gallo".
Como "Memorándum" a la fecha fatídica y veneración a su memoria, van estas rápidas notas.
¡Tú que fuiste el más enamorado de esta fiesta luminosa, sangrienta, magna y única! ¡Tú que con tu arte soberano supiste llegar hasta la más elevada cumbre del Himalaya taurino, sentándote en el trono papal de la Tauromaquia; recibe en este aniversario de tu sentida muerte, este modesto recuerdo de tu excelso triunfo, como el más grande de los lidiadores de reses bravas del siglo XX. Recibe desde estas páginas y por conducto inalámbrico del radio espíritu, para que te lo transmitan a esas silenciosas regiones de ultratumba, valles del reposo y planicies de sueño eterno, estas líneas que en forma de ramo de siemprevivas deposito con todo el fervor y respeto sobre la fría tumba del recuerdo do reposa el más grande de los toreros que pisaron tauródromos en lo que va de siglo "Joselito el Gallo".
Editorial, publicado en el Semanario Taurino La Fiesta Brava - Barcelona, 18 de mayo de 1928 - Por: José Vilar Giménez