- BIOGRAFÍA - Manuel Domínguez "DESPERDICIOS"
MANUEL DOMÍNGUEZ “DESPERDICIOS”
Manuel Domínguez nació en el mismo pueblo que Joselito, Gelves (Sevilla), pero mucho antes: el 27 de febrero de 1816. Era un mocetón de hercúleas fuerzas y de un valor frío que daba espanto. Por ello y por su torpeza de movimientos su toreo era reposado y serio, sin adornos ni pinturerías, que no le iban por su poco "ángel". Sin embargo, fue el inventor de ese lance de capa de ringorrango que se llama farol. Lo que le hizo destacarse en su tiempo y pasar a la posteridad fue su irreprochable manera de ejecutar la suerte de recibir. Cuando comenzaba sus andanzas taurinas le vio torear el gran Pedro Romero y quedó prendado de las buenas condiciones de aquel muchachote, recomendándole a Juan León y Manuel Lucas Blanco, en cuyas cuadrillas permaneció Manuel Domínguez los años 1831, 35 y 36, cediéndole los maestros diversas reses para que las estoquease.
El 28 de septiembre de 1836 recibió en Zafra una alternativa que nunca hizo valer, y poco después se fue a América, en varias de cuyas Repúblicas del Sur vivió durante dieciséis años dedicándose a muchas cosas, fuera de torear, lo que hizo poquísimas veces; fue “ranchero", político, militar, negociante ..., sabe Dios. Una viva novela de aventuras.
En 1852, cuando ya los aficionados le habían olvidado, Manuel Domínguez regresó a España, y con ayuda de sus antiguos amigos logró torear algunas corridas, produciendo muy buen efecto su toreo parado, sereno y valiente y su modo clásico y gallardo de recibir.
Ya un hombre maduro -treinta y siete años-, tomó la alternativa en Madrid el 10 de octubre de 1853, de manos del "Salamanquino", siendo testigos Cayetano Sanz y "El Lavi", con toros de don Vicente Martínez. No gustó su trabajo, aunque la docta afición reconoció su innegable valentía y buen estilo de matador, y Domínguez sólo actuó en la Corte 19 veces durante su larga vida de espada en activo y eso que entonces los toreros de fama toreaban en Madrid un día sí y otro también; ¡ igualito que ahora ¡ ... No obstante, en provincias toreó numerosas corridas alternando años y años con las figuras de su época. Los toros le castigaron muchísimo, pero Domínguez salía de cada percance con más valor aún. Una de sus más graves cogidas fue la del Puerto de Santa Maria, el 1 de junio de 1857: al entrar a matar al primero de la tarde, de Pérez de la Concha, fue enganchado por la cara y el pitón le vació de cuajo el ojo derecho; y cuentan -no sé si creerlo- que el señor Manuel permaneció en pie unos instantes contemplando su ojo, que al fin recogió en un pañuelo, diciendo: “¡Bah! Estos son "desperdicios". Y el hombre, tuerto, falto de facultades y cada vez más torpe de movimientos, por los años, siguió toreando hasta que fue sexagenario, dando siempre pruebas de su arrojo singular. En mala situación económica, Manuel Domínguez falleció en Sevilla el 6 de abril de 1886.
Curro Meloja - 1945
Fotografía: Álbum Fotográfico Taurino - "Curro Meloja", don Carlos de Larra - 1945