- BIOGRAFÍA - PEDRO ROMERO
PEDRO ROMERO
He aquí al auténtico primer "monstruo" de la torería. Buena prueba de su "monstruosidad" es que aun hoy, pasado más de un siglo de su muerte, se le cita continuamente como prototipo de lo que fue: un gran maestro, un torero completísimo, desde luego, el mejor de los de su tiempo y de los de mucho antes y mucho después. Naturalmente que su personalidad se difumina un poco a través de los años, pues no hay que olvidar que brilló en el siglo XVIII y que, por tanto, su historia va mezclada con la leyenda que el tiempo proyecta siempre sobre las figuras populares; pero cuando dejó huella tan honda en su profesión, que practicó durante cuarenta años seguidos, y siguió practicando en plan de maestro hasta los setenta y seis de su edad, no hay duda de que fue algo muy grande, excepcional, "monstruoso" de veras.
Nacido en Ronda el 19 de noviembre de 1754, cabe suponer que el ambiente taurino en que se desenvolvió desde sus primeros años, ya que su abuelo y su padre fueron toreros, haría que en él se desarrollase desmedida afición al arte familiar. Y como Dios le habla dotado de una arrogante figura, una agilidad y una gallardía extraordinarias, junto a un valor nada común y una inteligencia torera privilegiada, es natural que llegara tan alto como hasta entonces ningún diestro de a pie había llegado, y que durante su reinado en el Toreo, que ya está dicho que fue dilatadísimo, nadie pudiera disputarle la supremacía, y conste que encontró en sus albores a "Costillares" y poco detrás de él surgió "Pepe-Hillo".
Toreaba de todas las maneras conocidas hasta entonces, y mejor que nadie, y matando debía ser algo extraordinario en aquellos tiempos en que a la estocada era a la que verdaderamente se daba importancia.
Pedro Romero toreó por vez primera en Madrid, con su padre y "Costillares" el 8 de mayo de 1775, pero la alternativa la obtuvo, en la misma plaza el 22 de abril de 1776.
Voluntariamente y cuando su fama y categoría no habían descendido lo más mínimo, se retiró de los ruedos en 1799. En tan prolongada vida taurina. Pedro Romero sufrió poquísimos percances y todos carecieron de importancia, lo que, aparte de una suerte grande, prueba su maestría y su habilidad enormes por todos reconocidas. Ya retirado, el rey don Fernando VII fundó la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, nombrando director a Jerónimo José Cándido; pero Pedro Romero, alegando su antigüedad y merecimientos, logró que se le diese a él tal cargo. Y allí desarrolló su magisterio con igual dignidad y brillantez que en las Plazas de Toros.
El coloso de Ronda murió en Sevilla el 19 de febrero de 1839, cuando frisaba en los 85 años.
Curro Meloja - 1945
Fotografía: Álbum Fotográfico Taurino - "Curro Meloja", don Carlos de Larra - 1945
Nota.- Este retrato es del Museo Taurino del señor conde de Colombí.