- BIOGRAFÍA - Joaquín Rodríguez "COSTILLARES"
JOAQUÍN RODRÍGUEZ “COSTILLARES”
"Un torero muy fino, galán, general y consumado", dice don José de la Teixera tratadista taurino de la época, que era el gran "'Costillares", "autor de la famosa treta o suerte de matar a toro parado o "vuelapiés", por cuya sola invención debe esculpirse su memoria en láminas de bronce".
Lo que pedía Teixera se cumplió, pues el nombre de "Costillares" ha quedado perenne. Porque fue un gran torero, según la fama; pero, además, su invento dio al toreo un gran impulso hacia su desarrollo artístico posterior. Claro que el '"vuelapiés", de "Costillares", no era el volapié actual. Él lo ideó como "treta" o recurso para matar los toros que no acudían al cite en la suerte de recibir, y lo implantó ejecutándolo a "toro parado"; es decir, echándose encima de él y clavándole el estoque, sin estilo, sin arte, como quien da una cuchillada a un pellejo de vino. Rasgo de valor indudable, que siempre hace falta más valor para "ir al toro" que para esperarle; pero no suerte bella, como lo fue después al depurarse. Pero fue "Costillares" "quien trajo las gallinas", y sólo desde él se puede matar de frente a todos los toros, se arranquen o se queden; antes, a los que se negaban a acudir al cite del matador, había que rematarlos con la media luna o degollándolos de manera traidora y cerril.
Ya fue buen progreso para el arte. También dicen -aunque no están conformes todos los autores- que "Costillares" inventó la verónica, suerte básica del toreo de capa. Es igual; sólo por el invento del "vuelapiés" merece haber quedado como figura cumbre en la Historia del Toreo.
Y he aquí la historia suya, a grandes rasgos. Nació en el barrio de San Bernardo, de Sevilla, el 23 de marzo de 1743. Por ser su padre empleado del Matadero sintió, desde niño deseos de emular a los toreros de renombre que iban allí a practicar su arte. El famoso Juan Palomo se interesó por él, le dio consejos prácticos y acabó por llevarle a su cuadrilla, cediéndole la muerte de algunos toros -según costumbre entonces-; hasta que le permitió alternar con él en Málaga el 12 de mayo de 1762. En Sevilla toreó al año siguiente, ya como espada, y se presentó en Madrid en 1767. Desde entonces su nombre adquirió categoría, que conservó muchos años, llegando a alternar con los dos colosos, Romero e Illo; este, discípulo suyo y después su competidor, a quien venció.
Actuó por última vez, en la quinta corrida del año 1797 de Madrid. a la que, por cierto, asistía corno espectador, pero el público le obligó a bajar al redondel y mató un toro que le cedió Pedro Romero. Prohibidas las corridas en España por Carlos IV, "Costillares", como otros toreros de la época, marchó a Portugal, y ya no hay más noticias suyas, ignorándose dónde, cuándo y cómo murió tan colosal figura de la Tauromaquia.
Curro Meloja - 1945
Fotografía: Álbum Fotográfico Taurino - "Curro Meloja", don Carlos de Larra - 1945
Nota.- El grabado es del Museo Taurino del señor conde de Colombí.