RAFAEL GÓMEZ ORTEGA “EL GALLO”
Nació en Madrid, el día el 16 de julio de 1882.
Siendo su padrino don Rafael Menéndez de la Vega, entonces empresario de la plaza de toros madrileña y muy amigo de Fernando Gómez García, padre de nuestro torero.
Nacido en Madrid, criado en Sevilla, su padre, el gran torero quizás más teórico que práctico, cuando el chicuelo estuvo en edad, fue su primer maestro, y en la placita que había hecho construir en la huerta que poseía en Gelves, dio a su retoño lecciones teórico-prácticas, que fueron bien aprovechadas, hasta el punto de que “Rafaelito”, a los diez años era una maravilla toreando de salón.
A los quince años, el día 08 de abril de 1897, se presentó por vez primera ante el público de Valencia, fue el que entonces se llamaba “Gallito” aplaudidísimo y muy celebradas sus disposiciones para el toreo.
Poco tiempo después, y unido a Manuel García “Revertito”, se dedicó decididamente a la tauromaquia, formando parte de la cuadrilla el que luego había de ser el famoso “Machaquito”. En agosto de dicho año (1897), y después de haber toreado en algunas plazas, en mayor número de Castilla la Vieja, “Revertito” se separó de Rafael, y éste con sus dos tocayos, el mentado “Machaquito” y “Lagartijo chico”, siguió toreando el resto de aquella temporada.
Antes de acabarla falleció su padre, y el “Gallito”, a los quince años se encontraba con las responsabilidades de jefe y sostén de una numerosa familia.
En el año 1893, por algún tiempo toreó nuevamente unido con “Revertito”, pero separados definitivamente, entró a substituir a Manuel García, Manuel Molina “Algaheño chico”, constituyendo la cuadrilla el que luego fue matador de toros, “Chicuelo”, “Cantaritos”, que también fue matador de novillos, muy bueno, “Sagasta”, “Basán”, “Ochoita”, etc.
El día 15 de mayo de 1899, hizo su presentación esta cuadrilla en Madrid, jugándose reses de Veragua; nuevamente torearon el 24 de junio, novillos de la viuda de Concha y Sierra, y por tercera vez el 27 de agosto, ganado de Clemente.
En las tres novilladas la labor fina y artística de Rafael, con capote y muleta, fue muy elogiada.
La corrida que, aprovechando las circunstancias, organizó la empresa con ocho toros, casi hechos, de don Esteban Hernández, para que compitieran los cordobeses "Machaquito" y "Lagartijo", en todo su auge por entonces, con los sevillanos "Gallito" y "Algabeño chico", perjudicó bastante a Rafael que mal aconsejado aceptó una lucha en que, por el ganado que había de jugarse, más en harmonía con las condiciones de los cordobeses, no tenía más remedio que perder.
Como novillero siguió actuando durante tres años más, con gran cartel de excelentísimo torero en toda España, pero muy especialmente en Sevilla, Barcelona y Valencia.
En Madrid nunca había tenido, por toda una tarde, el santo completamente de cara, y sólo por algunos destellos, determinados inteligentes podían juzgar la calidad de artista que el "Gallo" era; y como además, el "Gallo" no mataba o mataba muy poco, para la gran masa, encauzada por los "buenos aficionados", aquel torerito no tenía consistencia alguna, porque el "arte es algo más que unas cuantas reboleras y desplantes, más propios de bailarinas que de un lidiador de reses bravas", como decían y dicen los "buenos aficionados", los "clásicos".
Cuesta arriba, empinadísima a veces, más suaves otras, las menos, hoy lleno de entusiasmo, descorazonado mañana, llegó para Rafael la fecha de la alternativa, después de haber toreado la última novillada en Barcelona y matado en ella superiormente, de una estocada "a un tiempo", a un toro de la viuda de don Carlos López Navarro, y a otro, igualmente bien estoqueado, del conde de Espoz y Mina.
El día 28 de septiembre de 1902, se celebró la corrida de la alternativa en Sevilla, y fue Emilio Torres “Bombita” quien se la otorgó, cediéndole el primer toro de la tarde, perteneciente a la vacada de don Carlos Otaolourruchi.
En Madrid no confirmó esa alternativa hasta el 20 de marzo de 1904... (!)
"Lagartijo chico", que el domingo anterior había toreado con él en Castellón, reses de Veragua por cierto, le cedió en la villa y corte el primer toro, también del mismo Veragua, llamado "Barbero", negro y de buen trapío, con el que hizo Rafael Gómez una faena buena de muleta, y deficiente con el estoque, que una parte del público silbó y otra aplaudió.
Continuaba su mala suerte en Madrid, y como en Madrid no se revelaba se resentía su cartel en provincias, y así continuó, hasta que en 1907, su peor temporada, para la alternativa de "Corchaíto" organizó la empresa madrileña, de que era gerente don Luis del Castillo, una corrida con un toro de Murube, cinco de Carvajal, y Pastor, "Gallo" y "Corchaíto".
Lo que hizo Rafael con un toro de Carvajal esa tarde, toreándole de muleta, muy grande debió ser cuando con esa faena logró su consagración.
En 1918, pensó en retirarse de los toros, aconsejado por su hermano José, que sufría horriblemente en las tardes de desgracia de Rafael, muy frecuentes en 1917, y organizó unas cuantas corridas de despedida en Barcelona, Sevilla, Madrid, Zaragoza, etc., que se llevaron a efecto con buen éxito pecuniario y artístico.
Pero vino el año siguiente, y no obstante los ofrecimientos que le hizo Joselito de pasarle una pensión espléndida mientras viviera, le parecieron más aceptables los consejos de otros, y puso a su hermano en la triste situación de tener que negarse a torear en las plazas donde Rafael fuese contratado, para demostrar de ese modo que él no era cómplice de la informalidad que representaba haber organizado beneficios y después de realizados con el pretexto de despedirse, volver a presentarse ante los mismos públicos.
Torero más discutido que el "Gallo" ni más 'denostado, ni más aplaudido, se recuerda en la historia, ni caso como el de él, varias veces derrumbado y por los suelos, y otras tantas ascendido a la cumbre, en ocasiones por una sola faena, como la de muleta ejecutada en 1907 en Madrid, con un toro de Carvajal que le valió el ajuste de varias corridas para el abono de la temporada siguiente, tampoco.
Y es lo que al comienzo decíamos: Rafael el “Gallo”, no ahora, sino tiempo hace, ha dejado de ser el artista que va a juzgarse, es el artista que se tiene prejuzgado, y con tal que en algo justifique el prejuicio ya cumple su cometido.
Ante todo digamos que Rafael es torero por los cuatro costados, aunque decirlo resulte una vulgaridad.
Todo el mundo está en el secreto.
Torero en la plaza, torero en la calle, muerto Joselito, yo creo que con Rafael desaparece el último torero.
Detrás de ellos, los que vienen, los que existen, son "señores" que torean, porque eso de torear es un oficio en el que se gana dinero, se hacen muchas conquistas y no es fatigoso aunque sí muy arriesgado.
El tipo del torero industrial ha dado al traste con ese otro tipo de torero que con los "Gallo", se acaba.
En 1918 dije, y no tengo por que rectificarme ahora:
Cuando en época, que ya está próxima, 'haya desaparecido Rafael de los cosos, y se evoque su recuerdo, y reviva en nuestra imaginación con todos los prestigios de su gracia soberana, con todas las sugestiones de su arte inverosímil pasará por la conciencia del aficionado quizás la visión precisa de todo lo que con ese torero se habrá ido de una fiesta, que si en sus principios solo fue un alarde de valor y por lo tanto sólo el valor era cotizable, con el tiempo llegó a ser una mezcla de alardes en que acaso superaran a aquél otros, aportados por la inquietud creadora de esa alma española, que no sería española si a la par que brava no fuese jacarandosa.
Con el "Gallo", esa bella y castiza manifestación ha sido culminante; con el "Gallo" al marcharse se habrá ido la mejor y mayor parte de ella.
En recuerdo, admiración y respeto a D. Tomás Orts Ramos - Uno al sesgo - junio 1921
Fotografía: Álbum Fotográfico Taurino - "Curro Meloja" don Carlos de Larra - 1945