LA TAUROMAQUIA COMPLETA
EL ARTE DE TOREAR EN PLAZA
TANTO A PIE COMO A CABALLO
Por: Francisco Montes “PAQUIRO”
PARTE PRIMERA - ARTE DE TOREAR A PIE
CAPITULO XIV
DE ALGUNAS OTRAS SUERTES DE A PIE
ARTÍCULO IV
DE LA LAZADA A PIE
Esta suerte, aunque ya casi no se ve, tuvo sin embargo tanta nombradía antiguamente, por la mucha serenidad que se necesita para practicarla, que debemos dar una ligera noticia de ella.
Para ejecutarla debe usarse de una lanza, cuyo palo tenga de largo de tres y media a cuatro varas, y de grueso sobre tres pulgadas de diámetro, de una madera muy fuerte, y que no salte, ni sea quebradiza.
La lanza propiamente tal deberá tener un palmo de largo, y el grueso y ancho correspondientes.
Se situará el diestro a unas seis varas distante de la puerta del toril, teniendo la rodilla derecha en tierra, y el regatón de la lanza haciendo punto de apoyo en un hoyo que de antemano debe haberse hecho en tierra: la punta debe estar alta, sobre tres cuartas o poco más, para que corresponda a la frente del toro, que es donde debe clavarse. Toda la habilidad de la suerte se reduce, como se ve, a que el toro se clave la lanza; y por si esto no sucede, y trata de acometer al bulto, se debe tener un capote para defenderse.