Nombre |
Fernando d'Oliveira |
Nacimiento |
El día 12 de Marzo de 1859 |
Población País |
Benavente - Portugal |
Historia |
Toreó por primera vez en Villafranca de Xira en 1879, recorriendo varias plazas de España y cosechando aplausos en todas ellas. El día 12 de mayo de 1904, en la Plaza de Toros de Campo Pequeno de Lisboa, se celebró una corrida de toros en la que alternaron los diestros de a pie Ricardo Torres "Bombita Chico" y Manuel Jiménez "Chicuelo", y el caballero rejoneador Fernando de Oliveira, para lidiar reses de la ganadería del Marqués de Castelo. El segundo toro (de nombre "Herrador") era el destinado para que Oliveira rejoneara. Salió el bicho del chiquero y arrancó hacia el rejoneador, que, como siempre, y en gallarda actitud, esperaba la acometida briosa del fiero animal. El corcel de Oliveira, que era fogoso y muy vivo de genio, se fue a la empinada, cayendo revueltos caballo y caballero quedando éste al descubierto y alcance de las patas del bruto. El toro, que a su vez era bravo, acometió al grupo con más furia, y el caballo al sentir los golpes certeros del astado, comenzó a defenderse, dando terribles coces que fueron a descargar sobre la cabeza del infortunado rejoneador, produciéndole la muerte.
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Notas |
El toreo de Oliveira se distingue del de los demás en lo alegre y preciso que es. Mide los tiempos como ninguno, no da vueltas inútiles, y suele rejonear a la española de un modo elegantísimo, yendo paso a paso hacia la res, picando espuelas de pronto y saliendo como una exhalación por el costillar, mientras clava y quiebra el rejoncillo, terminando la suerte de una manera brillantísima. Es lo que pudiéramos llamar el torero de la buena escuela, que ha entendido que la figura del rejoneador no es puramente decorativa; que cuando el toro está en los medios escarbando impaciente y los lidiadores de a pie no se atreven a tender la capa, quitando al animal de un terreno que tan favorable puede ser al rejoneador, es de muy mal gusto hacer ejercicios de picadero, haciendo al caballo dar corbetas o galopar de través, y perder el tiempo inútilmente. Fernando d'Oliveira, además de lo observador que demuestra ser para el arte que con tantas ventajas cultiva, es de los lidiadores más arriesgados que pasan ante la cara de los toros. |
Fuente |
Biblioteca Digital Castilla y León - La Tauromaquia - Por don Leopoldo Vázquez y Rodríguez - don Luís Gandullo - don Leopoldo López del Saá. Biblioteca Digital Castilla y León - Semanario Don Jacinto - Madrid, 16 mayo 1904.
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