RAZA DE LAS LANDAS - Por Don Benito Madariaga
RAZA DE LAS LANDAS
Los toros de Las Landas se explotan en la región de este nombre y, en menor cuantía, existen ejemplares en las localidades de Armagnac y Chalosse.
La pobreza del medio geográfico ha mantenido durante muchos años a estas reses en un régimen de explotación verdaderamente alejado de las directrices de la zootecnia. En la actualidad, si bien las razas indígenas
tienen un futuro poco prometedor, los toros de Las Landas siguen siendo un estímulo en esta región como mantenedores de un espectáculo que goza de gran simpatía y popularidad en Francia.
Dechambre, en su Tratado de Zootecnia (1), señala las siguientes características generales de esta raza: animales de pequeña alzada, que alcanza como máximo 1,30 m., y cabeza robusta, dotada de encornadura alta y desarrollada. El sistema de explotación que se sigue con la raza marina o de Las Landas explica la agilidad y el vigor característico de estos animales. Como es típico en las razas que viven en régimen ambiental, el tercio anterior de estos toros es amplio y los remos son finos y vigorosos.
El pelaje característico es el trigueño, con extremidades claras y mucosas rosáceas.
Los cruzamientos son corrientes en la actualidad y los métodos modernos de explotación tienden a mejorar y sustituir esta raza, que se conserva en Las Landas debido a su gran resistencia y adaptación al medio; y mucho también por ser el animal que hace posible los juegos taurómacos de la región.
La corrida de Las Landas tiene unas características particulares que la diferencian del juego que se practica en La Camarga y tampoco se parece en nada a la auténtica corrida española. El espectáculo consiste en esquivar la acometida de la res aguardando de pie al animal sobre un pañuelo o una boina. Los capeadores, vestidos con sus trajes regionales, citan al toro con un brazo en alto y cuando pasa el animal junto a ellos realizan un pequeño "apartado" o salto hacia un costado, burlando de esta manera la embestida.
No menos emocionantes que estos "fingimientos" es el salto de los toros a lo largo y a lo ancho. El salto de los toros de Las Landas constituye, sin duda, el único rastro que queda de los célebres juegos cretenses.
En recuerdo, admiración y respeto a Don Benito Madariaga de la Campa - El Toro de Lidia - 1966
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(1) Cf r . P. DECHAMBRTEr:a tado de Zootec!iia. Tomo 111. Edit. F. González. Madrid, s. a. Págs. 379-280.
Fotografía: Ganadería francesa de Maynus (Granja educativa en Saint-Server)