- EL ÚLTIMO TERCIO -
Por su gran interés didáctico e informativo, y con el fin de facilitar y potenciar el conocimiento de la fiesta de los toros, reproducimos con admiración y respeto parte de la obra de D. José María Martínez Parras, publicada en Cuadernos de Aula Taurina: Las suertes del toreo, editada por la Junta de Andalucía - Consejería de Gobernación – Dirección General de Espectáculos Públicos, Juego y Actividades Recreativas. Sevilla 2002.
EL ÚLTIMO TERCIO
El último tercio de la lidia tiene dos partes, originariamente preparatoria una de la otra: la faena de muleta y la suerte de matar. Antiguamente la estocada era la suerte que más importancia tenía y todo lo que se le hacía al toro iba encaminado a darle muerte. En el siglo XVIII la faena de muleta casi no existía y la muleta sólo se usaba en la preparación y ejecución de la suerte de matar.
La sustitución paulatina de la suerte de matar recibiendo por la menos arriesgada suerte del volapié fue lo que supuso el origen de la faena de muleta. Para ejecutar la suerte de recibir era necesario que el toro tuviese cierta movilidad, mientras que, el volapié requería que el toro estuviera agotado. Para lograrlo, los matadores comenzaron a prolongar el muleteo, con miras a quebrantar a los toros, quitarles facultades y dominarlos, comenzando así a abrirse paso la faena de muleta que, hoy, es la esencia del toreo; el eje fundamental de la actuación del matador.
Una faena de muleta típica se compone de tres partes: una primera de inicio, en la que se suele torear alternativamente por uno y otro lado o pitón del toro; la parte esencial de la faena, que se compone de varias series o tandas de pases en redondo y, por último, la parte final en la que se practica un toreo en el que predominan los adornos y los pases en los que al toro no se le obliga a emplearse muy intensamente. El predominio de una u otra parte depende tanto del concepto del toreo del propio matador como de las características del astado.
La costumbre que tienen los subalternos de llevar a los toros, después de la suerte de banderillas, a algún burladero para sujetarlo allí mientras que el matador coge espada y muleta, cumplimenta al Presidente de la corrida o brinda el toro, es la causa de que la mayoría de las faenas se inicien junto a las tablas, por lo que, la fase de inicio o de tanteo de la faena de muleta tiene también como objetivo sacar al toro al tercio o a los medios que son los terrenos donde tradicionalmente se lleva a cabo la parte central de la faena. En condiciones normales, en estos terrenos es donde la faena tiene una mayor brillantez ya que el toro, alejado de las tablas, suele distraerle menos y, por lo tanto, está más fijo en el engaño. En cambio, el lugar más apropiado para practicar la suerte de matar es el más próximo a las tablas -del tercio para dentro- por lo que el matador, si ha realizado la faena en los terrenos de fuera, debe cerrar al toro antes de entrar a matar, lo que se suele hacer durante la parte final de la faena.