-- EL APARTADO --
EL APARTADO
El mismo día de la corrida, y antes de proceder al apartado, los profesores veterinarios que designe la autoridad correspondiente, deben reconocer a los toros con la escrupulosidad necesaria, y expedir una certificación que firmarán por triplicado; un ejemplar para entregarlo al que haya de presidir la fiesta, otro que remitirán al gobernador de la provincia o primera autoridad del punto en que radica la plaza, y el tercero al empresario.
En estas certificaciones deberán constar los nombres, pelo, número y marca de los toros, el orden en que hayan de jugarse, su edad, su estado de salubridad y su utilidad para la lidia.
Son inútiles para la lidia en corridas de toros los mogones, hormigones, despitorrados, demasiado cornigachos, muy apretados, tuertos, reparados de la vista, resentidos de algún remo, con contrarroturas, pajazos, etc.
Los toros que tienen estos defectos son los que después se lidian en las novilladas, comprendiéndolos en la denominación de desecho de tienta y cerrado.
Reconocidos los toros como útiles por los profesores veterinarios, y cuatro horas antes de la marcada para celebrarse la corrida, se procede al apartado, á fin de que pase cada uno de ellos a ocupar el chiquero que le corresponda, según el turno de salida que de antemano se les designe.
Mientras los toros permanezcan en los chiqueros hasta su salida al redondel, habrá una persona encargada de vigilarlos constantemente e impedir la entrada en los locales, a fin de que nadie pueda dañar al ganado ni transitar por encima de los chiqueros, porque llamarían la atención de los animales, viciándolos al obligarles á tener levantada la cabeza.
Llegado el momento de dar principio a la fiesta, se procede a desenchiquerar al toro que ha de lidiarse en primer turno, a cuyo efecto, y desde sitio conveniente, se le abre la puerta del chiquero en que ha permanecido y se le hace pasar al callejón de toriles que da salida a la plaza.
Una vez en él, por una compuerta o trampa que hay en el techo se le clava la divisa, distintivo de la ganadería a que pertenece, operación que practica una persona apta para ello.
La divisa se compone, de tantas cintas como colores deba ostentar y mide unos ochenta centímetros de longitud; va sujeta á un arpón de esta figura, que se clava en el cerviguillo o morrillo del toro por medió de un palo, a uno de cuyos extremos y en una pequeña hendidura para poder desprenderlo fácilmente, se coloca el cabo del referido arpón.
En recuerdo, admiración y respeto a D. Leopoldo Vázquez y Rodríguez, Luís Gandullo y D. Leopoldo López de Saá - La Tauromaquia - 1895