- EL TORO - CUALIDADES ESENCIALES
EL TORO - CUALIDADES ESENCIALES
En el toro predominan cualidades esencialísimas:
-La desconfianza de cuanto le rodea.
-La acción ofensiva.
-El menor ruido llega hasta él.
-El roce de una vara en el suelo, los pasos que oye resonar a su espalda, aunque se produzcan con la mayor precaución, todo le hace volver el cuerpo de frente, enderezar las orejas o encampanarse.
-El más leve objeto que se le presente ante los ojos en cuanto sale a la plaza, es causa de su acometida.
-Su instinto le enseña todo lo que puede esperar de aquellos bultos que ve moverse a su alrededor y en los que al acercársele sólo puede encontrar dos cosas:
La burla que le exaspera, o el golpe que le hiere.
Para vengarse y evitar lo primero, o persigue con encono y acude, ciñéndose, buscando codicioso el bulto y ganándole terreno para descubrirle, o esquivando los objetos que se le aproximan, busca únicamente la defensa, tapándose, alzando el testuz para no dejar al descubierto el sitio del nacimiento de la médula, que es en su cuerpo lo más vulnerable.
En todas las suertes puede observarse la defensa del toro pero donde más suele distinguirse, es en la de banderillas.
Al aproximarse el banderillero, el toro que se defiende, humilla para estar preparado y dar con más rapidez el derrote, mete el hocico entre las manos, escarba y sopla.
Otras veces, por el contrario, espera con la cabeza alta, volviendo el cuerpo en la dirección del lidiador, pero sin humillar, viéndose entonces precisado el banderillero a alegrarle con la voz al entrar en la suerte, saliendo muchas veces desarmado. Del mismo modo se defienden ante el matador, bien tapándose sin humillar, derrotando alto o llevando la cabeza al suelo.
Los cornúpetos en su acción defensiva son más o menos torpes, habiendo algunos que no hacen más que hocicar o topar sin bajar la cabeza. Y otros que elevan mucho el derrote.
Todos cornean mejor de un lado que de otro, inclinación que se nota desde las primeras acometidas, y que no debe pasar desapercibida para los diestros desde que la res sale del toril, si quieren practicar las suertes con más seguridad.
En recuerdo, admiración y respeto a D. Leopoldo Vázquez y Rodríguez, Luís Gandullo y D. Leopoldo López de Saá - La Tauromaquia - 1895