- PEZUÑAS - Por: Don Antonio Fernández de Heredia
- PEZUÑAS -
La pezuña, por su color, presenta las mismas variedades que el casco en el caballo. La del toro fino es lisa, lustrosa, muy obscura o negra, consistente, redondeada, y cuanto más recogida mejor; su volumen grande, debe quedar para las reses de trabajo.
La del ganado vacuno representa con bastante exactitud la mitad del casco del caballo y está formada por dos dedos separados en el nacimiento de la pezuña, y a los cuales protege su correspondiente uña. En esta uña doble, no se notan en el toro de lidia tan desarrolladas y aparentes las propiedades elásticas de la pezuña como en el buey de trabajo; el pisar en terreno quebradizo y su corpulencia proporciona a éstos un peso que tiende á separar ambas uñas.
Las pezuñas encorvadas y prolongadas de algunos toros, poco movidos durante su crianza, por no estar suficientemente cercenadas, le perjudican, pues no apoya bien en los aplomos. Las enfermedades en las pezuñas del toro son menos numerosas y de menos; importancia que las que padecen las reses mantenidas en establo; pero existe una, la epizootia o glosopeda, común a ambas clases, que es por demás perjudicial y contagiosa, hasta el punto de propagarse á toda res que pisa donde antes lo hizo otra que estuviere picada del mal. Este es conocido entre la gente de campo en Andalucía con el nombre de «Mal de pesuño», siendo tan alta la calentura que sufren los animales cuando sé hallan picados de aquél, que sueltan la uña para salirles luego otra, y en este estado no deben lidiarse.
En recuerdo, admiración y respeto a Don Antonio Fernández de Heredia - Doctrinal Taurómaco de "Hache" - 1904