Cuando el becerro no ha cumplido aún el año, en sus diminutos cuernos se percibe un anillo o círculo, poco aparente, en el nacimiento o base de los mismos, y del que se separa progresivamente.
Antes de cumplir los dos años vuelve a marcarse una nueva depresión o surco que difiere poco del precedente; además, los cuernos comienzan en esta edad a alargarse contorneados, formando la erupción del cuerno.
Antes de los tres años la inclinación es mayor, y visible la aparición de otro anillo o rodete (A), pero más perceptible este surco trienal, mientras que los dos primitivos van borrándose y desapareciendo. De modo que a los tres años existe, sólo, en el cuerno, un rodete bien marcado; antes de los cuatro años se desprende de la base otro anillo igual; otro a los cinco, y así sucesivamente uno, antes de cumplir los seis, siete y hasta los diez años.
Así que, para saber la edad de una res vacuna, han de contarse los círculos, rodetes o nudos de arriba a abajo, pues el más inmediato (A) a la punta del cuerno es el primero permanente de los aparecidos. De los dos anteriores, repito, no queda ni señal al cumplir el novillo los tres años; de aquí que el cuerno cuyo modelo aparece en el grabado, indica haber pertenecido a una res de siete años.