LA LIDIA Y LAS SUERTES DEL REJONEO
LA LIDIA y LAS SUERTES DEL REJONEO
A lo largo de la lidia, el rejoneador clava sucesivamente rejones de castigo, banderillas y el rejón de muerte. Se denominan suertes a las distintas formas de clavar los hierros en los diversos tercios de la lidia, debiendo usarse unas u otras según tercios, influyendo el estado del toro.
En cualquier suerte que se realice a caballo se puede distinguir cinco tiempos:
1º. Poner al toro en suerte.
2º. Fijar su atención y citarlo.
3º. Ir hacia el toro y realizar el embroque.
4°. Clavar el rejón o las banderillas.
5°. Rematar y salir de la suerte.
Cada uno de estos tiempos puede realizarse de diversas maneras. Dado que, a la largo de la lidia, las condiciones del toro van cambiando, el rejoneador debe elegir la más adecuada a cada momento. Asimismo, en cada tercio se utilizan caballos que tengan las características apropiadas a cada momento y a las suertes que se vayan a ejecutar.
Poner al toro en suerte
El primer tiempo consiste en poner al toro en suerte. Hay distintas formas de colocar al toro para hacer la suerte, debiendo el rejoneador usar una u otra de acuerdo con las características del astado o las vicisitudes de la lidia. Esta fase de preparación se puede hacer encelando al toro y obligándolo a describir algún círculo para, finalmente recortarlo y dejarlo colocado o, simplemente, llamando su atención con la voz. A veces, para colocar al toro en suerte hay que sacarlo de las tablas o llevarlo de fuera a dentro, es decir, cerrarlo, encelándolo a base de darle los pechos del caballo, que no debe perder nunca la cara al toro. También pueden colocar al toro los auxiliares.
Fijar su atención y citarlo
Una vez colocado el toro en suerte, el rejoneador debe llamar su atención, lo que hace con la voz y moviendo el brazo con el rejón o la banderilla o bien realizando el caballo algún ejercicio ecuestre. A continuación, cita al toro y se arranca hacia él. Al citar, debe tener el brazo extendido de manera que la mano no rebase la altura del hombro, y hacia delante, en ángulo con el cuerpo del caballo.
Ir hacia el toro y realizar el embroque
Hay que distinguir entre el momento de arrancar toro y rejoneador y la forma de ir y realizar la reunión. En función del momento relativo en que arrancan toro y cabalgadura, se distinguen las siguientes variantes:
- Recibiendo: cuando el toro se arranca hacia la cabalgadura y el caballo espera parado, cuanto pueda, la embestida del animal.
- De poder a poder: cuando el toro y el caballo inician más o menos al mismo tiempo la arrancada. A veces, el rejoneador para realizar la suerte se coloca en una posición diametralmente opuesta a la del toro, produciéndose la reunión en el centro del ruedo. A esta forma de hacer la suerte se le llama en Portugal "de plaza a plaza".
- Atacando: cuando es el toro el que espera al caballo, es decir, cuando el caballo se arranca antes que el toro.
- Esperando: el caballo espera al toro y cuando éste se arranca, le pierde pasos andando hacia atrás. Es la variedad más difícil de realizar y la menos utilizada.
El rejoneador puede dirigirse al toro y realizar el embroque de diversas formas.
Las más frecuentes son: de frente, al cuarteo, de tira, al quiebro, al pitón contrario, al sesgo, a la media vuelta y al violín. Estas suertes se pueden realizar en los tres tercios de la lidia, aunque las más espectaculares y de mayor vistosidad y técnica se suelen hacer en el de banderillas. En cualquier caso, el embroque puede ser más o menos cerca del toro, teniendo más valor cuanto más ajustado sea.
Suertes:
De frente
Está considerada la suerte más importante del toreo a caballo, la de más pureza y dificultad. Su ejecución entraña un gran riesgo e implica una gran doma y técnica ya que exige medir perfectamente los terrenos y una gran precisión en el embroque. Para realizarla, el rejoneador se coloca con su montura, frente al toro y lo más alejado posible de él. A continuación, cita al animal y espera a que el toro se arranque (1). Inmediatamente después de arrancar el toro, lo hace el rejoneador que va hacia él en línea recta y justo antes del embroque, ya muy próximo a la cara del toro, ladea al caballo hacia la izquierda, es decir, hace un pequeño cuarteo y clava, a ser posible, al estribo. El embroque puede realizarse en cualquier lugar del ruedo, aunque el sitio ideal son los medios.
(1) El jinete puede arrancar a la vez o antes que el toro, lo cual es también meritorio si el jinete se deja ver y va despacio. Si va deprisa quizás resulte más espectacular, pero es menos arriesgado y ortodoxo.
De cara al rostro
Hay una variante de la suerte de frente que se denomina "de cara al rostro" y que se diferencia de la genuina en que el caballo, al llegar al terreno del toro, se desplaza lateralmente con un galope de costado, incurvándose y mostrando el pecho y la cara al toro.
Para realizar estas suertes se requieren toros que tengan movilidad, acometividad.
El primer rejoneador en ir hacia el toro en línea recta y de frente fue el portugués Joao Branco Nuncio, precursor e iniciador del moderno toreo a caballo. Aunque fue, posteriormente, José Mestre el que culminó la forma de realizar esta suerte al hacerla completamente frontal.
En otras ocasiones, el rejoneador se sitúa cerca del toro, lo cita y lo espera hasta que llega a jurisdicción, momento en que se desplaza con el caballo hacia la izquierda y galopando sobre el mismo lado llega al centro de la suerte y clava. Esta modalidad se denomina "de cara recibiendo".
Al cuarteo
Consiste en que, estando frente a frente toro y caballo, el jinete avanza hacia la res desde ese punto describiendo un cuarto de círculo hacia la izquierda antes de llegar y clavar al toro. El caballo esquiva el derrote del toro girando la grupa hacia la izquierda. El cuarteo o cuarto de círculo que traza la cabalgadura será menor cuanto más veloz sea la velocidad de la embestida del toro y mayor, cuanto más lento sea el ataque de la res. Puede realizarse en cualquier terreno del ruedo.
De tira
Esta suerte es una variante del cuarteo en la que el rejoneador, en vez de cuartear, sigue oblicuamente hacia su izquierda "tirando" o siguiendo una línea recta hasta que, al llegar a la jurisdicción, gira levemente el caballo hacia la derecha, para quedar de frente al toro y clavar el hierro.
Al quiebro
En la modalidad al quiebro se arrancan de frente toro y jinete y, antes del embroque, el caballo se va al pitón izquierdo del toro, se frena momentáneamente, hace un regate en la cara de la res, clava el rejoneador y sale por el pitón derecho. De esta manera, el caballo quiebra o interrumpe el viaje del toro y sale del embroque sin dificultad. Se puede llevar a cabo aproximándose al toro a galope o al paso. A pesar de su espectacularidad y de ser una suerte que llega mucho al público, no conlleva el riesgo del cuarteo o de la suerte de frente, consideradas suertes más clásicas.
Batida al pitón contrario
Es una variante del quiebro, diferenciándose en que, cuando el caballo va hacia el pitón izquierdo del toro, éste está inmóvil, por lo que no llega a quebrarse su viaje como ocurre en la suerte anterior. El nombre de la suerte y su creación son de origen portugués, y se le llama así porque el caballo marca o "bate" al pitón contrario al de salida. Como en las demás suertes, la batida al pitón contrario se puede hacer de forma más ajustada, o más despegada, "saliéndose de la suerte".
Al igual que en el quiebro, en la batida, cuando el caballo va al pitón izquierdo se detiene momentáneamente para, inmediatamente cambiar en la cara del toro e ir hacia el pitón derecho y salir.
El primero que realizó el quiebro fue Simao da Veiga, perfeccionándolo José Mestre Batista que fue el inventor de la batida al pitón contrario. José Samuel Lupi fue el primero que realizó estas suertes en España.
Al ir el rejoneador con el caballo al pitón contrario o izquierdo del toro, tanto en el quiebro como en la batida, se le denomina cargar la suerte. Hay muchas maneras de ir al pitón contrario. La forma más pura es cargar con todo el cuerpo del caballo, no sólo con el cuello o la espalda, y meterlo entre los pitones, sin desplazar al toro de su rectitud o desviándolo un poco para después salir acompañando la embestida. Hay que evitar cargar la suerte con rapidez o desplazar mucho a los toros.
Al sesgo
Es una suerte comprometida que se suele hacer con toros aquerenciados en los terrenos de dentro, es decir, con toros parados y que es difícil que se arranquen hacia los medios. Con el toro aculado en tablas, el rejoneador, también colocado en la zona de la barrera, aunque a cierta distancia de la res, va hacia el toro siguiendo una trayectoria más o menos paralela a las tablas y dando el costado derecho hacia ellas para cuando llega a jurisdicción, clavar generalmente a silla pasada y sorprendiendo al toro. Tras la reunión, el rejoneador tiene dos formas de salir: en la misma dirección, es decir, hacia fuera, o volviendo por dentro, que es lo más plausible, ya que implica parar al caballo una vez que se ha clavado y meterse entre las tablas y el toro.
A la media vuelta
Es una suerte de recurso que se debe utilizar sólo cuando el toro no se arranca o presenta dificultades para hacerlo. Se realiza con el toro parado. En esta suerte el rejoneador sorprende al animal, describiendo media vuelta a su alrededor, desde el costado izquierdo de la res por donde entra, hasta el derecho por donde sale.
El rejoneador clava al pasar por delante del toro, saliendo del embroque antes de que éste reaccione. Se usa en algunas ocasiones para clavar banderillas cortas o rosas y para clavar el rejón de muerte.
Clavar el rejón o las banderillas
El centro de la suerte es el embroque o reunión y clavar. Se debe clavar con el brazo extendido y levantado de forma que la punta del rejón se halle a la altura conveniente para herir en el morrillo del toro, formando un ángulo recto el brazo del rejoneador con el rejón. Si éste no queda clavado en el morrillo se considera defectuoso y su mérito es mayor si se clava en el momento de estar el toro humillado.
El clavar puede producirse de varias maneras:
Al estribo
Consiste en clavar el rejón o las banderillas en el momento en que el toro, que viene por delante, mete la cabeza para derrotar en el estribo de la silla, estando los dorsos de ambos animales en ángulo agudo. De todas las formas de clavar, ésta es la más arriesgada.
A silla pasada
Cuando el rejoneador coloca el caballo dándole el costado al toro, clavando el rejón o las banderillas en el momento en que el toro tira el derrote ya hacia los cuartos traseros de la cabalgadura, saliendo el caballo por delante de la cara del toro.
A la grupa
Es cuando el toro se arranca hacia el caballo y éste le gana la acción, de tal manera que el toro tira la cabezada a la grupa del caballo, momento que aprovecha el rejoneador para clavar. Se clava, por tanto, a toro pasado. Cuando se clava así, el rejoneador tiene que girar el torso hacia los cuartos traseros del caballo. Se considera la forma más fácil de clavar y se suele utilizar sobre todo en el primer tercio.
Rematar y salir de la suerte
Finalmente, hay que rematar y salir de la suerte. El remate no debe ser una huida. Hay que intentar rematar bien las suertes, salir despacio, con naturalidad y toreando. Y después debe darse la ligazón, que consiste en que, una vez clavado el rejón o la banderilla, la embestida del toro siga enganchada al caballo, y se aproveche para dejarlo en el sitio adecuado para la próxima suerte. En la actualidad, después de clavar, cada vez más rejoneadores se quedan en la cara del toro toreando o adornándose.
Se puede torear de varias formas:
- Una forma clásica de rematar es llevando al toro embebido en el caballo para, finalmente, esquivarlo haciendo zigzags o dándole vueltas en corto hasta recortarlo. Esta acción conlleva el tener que acoplar los movimientos del caballo a los del toro. Cuando el toro se encela tras el caballo y rejoneador sin que sus astas lleguen a tocar al equino, se produce el temple en el rejoneo. Pero el rejoneador, además del temple, debe buscar el prolongar la embestida del toro, lo cual se consigue llevándolo lo más cerca posible de la cola del caballo, ya que a esta distancia el toro cree que puede alcanzar a su presa.
- Galopando en círculo y buscando la cola del toro que a su vez buscará la grupa del caballo. Debe hacerse con el caballo arqueado, mostrando el pecho y la cara al toro, y deslizando la grupa acompasadamente en lo que se denomina rotación de grupa. La rotación de la grupa se realiza fijando la parte anterior del caballo y girando la posterior.
- Dando muletazos, es decir, pasándose el toro desde los pechos a la cola del caballo.
- A dos pistas y dando trincherazos, para lo cual el caballo cambia de dirección y pasa entre las tablas y el toro para seguir desplazándose de costado.
Los adornos también pueden ser variados, como: hacer piruetas delante de la cara del toro, colocar el sombrero en el testuz, hacer el teléfono e incluso coger los cuernos de los toros.
En muchos de estos remates el rejoneador se ayuda del sombrero o de la cola del caballo.
Se procurará, además, dejar al toro colocado convenientemente para iniciar la siguiente suerte, es decir, ligar las suertes.
Las vueltas que se den al toro con el caballo para adornarse después de clavar rejones o banderillas o como preparación de una suerte, deben ser preferentemente por el lado izquierdo con la finalidad de intentar igualar la embestida del toro y que no todo se haga por el lado derecho, ya que es por éste por donde se clava normalmente.
Fuente Documental: Cuadernos de Aula Taurina: El Rejoneo - Autor: don José Mª Martínez Parras
Junta de Andalucía – Consejería de Gobernación – Dirección General de Espectáculos Públicos y Juego – Sevilla, 2006