CUANDO VAYA A ENTRAR EN ALGUNA SUERTE NO ATIENDA A OTRA COSA QUE A MIRAR POR SU PERSONA. |
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En la suerte no cuente con amigos; ni el ¡ay! atienda del apasionado; porque vienen a ser tan enemigos todos, como el que tiene preparado. Iguales depondrán como testigos de si fue o no el choque aventurado; y aunque insistan o aparten, por bien tenga, hacer del lance lo que le convenga.
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