×

Mensaje

Este sitio web utiliza 'cookies' para ofrecerle una mejor experiencia de navegación.

Ver documentos de la Directiva e-Privacy

Ha rechazado el uso de cookies. ¿Desea reconsiderar su decisión?

1932 - Madrid - La Voz 29 julio - Por el maestro: Corinto y Plata

Atrás

AÑO

1932 - Madrid

Fecha

29 de Julio de 1932

Referencia

LA VOZ - Por el maestro: CORINTO Y PLATA

Hechos

Corrida de Novillos, celebrada el día 28 de Julio de 1932, en la Plaza de Toros de Madrid.

Diestros: Francisco Gómez (Aldeano), Diego de los Reyes y Dionisio Rodríguez (Toreri) -nuevo en esta Plaza-

Ganadería: D. Mariano Bautista.

Resúmen

No hemos llenado la plaza; pero casi cuaja el lleno. Mucho calor, mucha hembra..., y aplausos en el paseo. Un agudo clarinazo, y la fiesta da comienzo. !Vamos a ver si nos sale esta revistilla en verso!.

PRIMERO.- Negro zaino. "Espectador". Muchos cuernos. Aldeano, de primeras, da unos lances de tanteo, y hay dos graves achuchones y se escapa el novillejo. Luego vienen otros lances, muy bien por el lado izquierdo y mal por el otro lado (que achucha por el derecho) Diego Reyes en el quite, muy compuestito y muy quieto. Y aplaudimos a Toreri en un quite de !torero! Con brillante rapidez cumplen los banderilleros. "Espectador", pegajoso, desarrolla algo de nervio, y muletea Aldeano con exceso de meneo (que el animal no descansa y va comiendo terreno). La cosa no va lucida y se enfadan los "morenos". Entra a matar decidido, y pincha bien, pero en hueso. Sigue una media estocada, bien colocado el acero. Dobla el bicho y acabamos, y suenan pitos. Yo creo que aunque fue muy pegajoso era excesivo el respeto.

SEGUNDO.- Se llama "Infante", y como su antecesor viste de uniforme negro. Tiene el astado buen tipo y es recogido de cuernos. Entra en función en seguida el sevillano don Diego, quien da unos lances templados, con garcia y con lucimiento. Se aprieta en el primer quite, y aplaudimos... (va bien esto). Toreri filigranea en su turno, muy compuesto. Y Aldeano, con tres lances, le pone el remate al tercio. Los palitroqueros cumplen brevemente y con aseo. (Anotamos que el novillo embiste muy descompuesto) Diego de los Reyes, que es como un palo del teléfono, una estatura imponente, alto, largo, fino estrecho, sale a cumplir sus funciones sin dominarle el recelo. El público le jalea lo enorme que lo está haciendo; lo despacio, lo solemne, lo garcioso, lo torero. Hay un molinete grande, metido entre los dos cuernos; lindos pases de la firma y ayudados. !Un portento!

TERCERO.- Es un novillote con el pelo jabonero, algo escurrido de carnes y provisto de armamento. Toreri, que trajo ganas de hacer que gozase el pueblo, pega una serie de lances majestuosos, soberbios, echando la mano abajo, suave, con ritmo lento, como los pueda lograr quien se estime más maestro. La ovación es clamorosa y merecida. !Recuernos! Anotemos que el novillo se está poniendo incorrecto, que a veces mansurronea y está bronco y gasta nervio.

Toreri, con la muleta, da un enorme pase, quieto, como si fuese de mármol, tranquilo y sin ningún miedo. Al intentar el segundo se le cuela el jabonero, lo lanza contra el estribo y lo embiste ya en el suelo. Le hacen un quite de hermanos los queridos compañeros y pasa a la enfermería a reparar desperfectos. Entra en turno el Aldeano -sigue el bicho descompuesto-, y tras unos muletazos para acabar, consignemos media estocada bien puesta que manda al desolladero.

CUARTO.- "Literato" el nombre, y viste también de negro. Quiere saltar la barrera, y se da un golpe tremendo. Aldeano entra en funciones, pero el novillo, insistiendo en ser un equilibrista en vez de un astado fiero, ejecuta un nuevo salto, sin lograr su torpe intento. Sigue actuando Aldeano, y un insensato piquero en los riñones del bicho hace un profundo agujero. De los Reyes entra en turno sin máximo lucimiento, y entre unas cosas y otras, la autoridad cambia de tercio, y cumplen su cometido muy bien los banderilleros. Que el gimnasta se ha hecho el amo por ser justo consignemos, y el matador de Valencia pasa a roer este hueso, que no es un hueso de santo, sino un zancarrón mahomético. Unos cuantos muletazos, para hacer como que hacemos, y luego más dobladuras para quebrantar el cuello, que si no son muy lucidas, suten desde luego efecto. Siguen unos achuchones del novillo descompuesto, y a falta de maestría hay audacia, por lo menos. Intervienen los peones con eficaz capoteo. Entra a matar Aldeano, y da en lo duro el acero. Mas pases para igualar, y acto seguido otro intento, entrando con decisión a volapié puro y neto.

QUINTO.- Se llama "Guapito", y es claro y es jabonero, y da una impresión de manso del transporte carretero. De los Reyes da seis lances, de los cuales tres son buenos. También se le aplaude el quite, con cuatro lances discretos. Está el novillo muy soso, y reina algún desconcierto. Pero Diego de los Reyes arma un poco de jaleo con tres lindas gaoneras, en que le rozan los cuernos los alamares del traje que viste su airoso cuerpo. Los palitroqueros cumplen con gran rapidez y esmero. (Dicen que Toreri tiene un puntacillo ligero en una parte recóndita de su diminuto cuerpo.) Y sigue soso el novillo cuando inicia el muleteo el gigante de Sevilla con unos pases muy buenos, en que a falta de enemigo hay gracia y hay buen deseo. Y hay adornos, y hay valor y estilo "repajolero". Pases de todas las marcas y alardes y otros efectos. La faena se hace grande -tan grande como D. Diego-, y el muchacho la remata dando una estocada a un tiempo que... cae en los aledaños del mismísimo chaleco. Pero como entró con ganas y la diña el jabonero lo premian con ovación, saludos y vuelta al ruedo.

Fuente documental

Fotografía:  J. Laurent  Copia a la albúminaBiblioteca Nacional de España