Resúmen |
!Una hora de nevada sobre el aterido cuerpo, con la faz enrojecida y agarrotados los miembros! !Una hora de nevada sobre el pobre revistero! Llegaba un instante en que les veía veinte cuernos a los novillos. A veces imaginaba que renos eran los de Villamarta !y esquimales los toreros! !Y los pobres caballitos, unos témpanos de hielo! En las dichas condiciones, ¿que recordar del suceso?
Céster y Jardinerito y el "petit" de los Palmeño actuaron entre nieves navegando por el ruedo. Ahora un lance con donaire -con donaire y un Don... Viento- ahora un resbalón terrible -y otro "resbalón" grotesco-, ahora un quite con valor, ahora otro lance con miedo... La lluvia, el copo levísimo, el barullo, el desconcierto; un ganado superior -el tercero, el quinto, el sexto fueron reses de bandera, bravos, nobles y pastueños-, y como nota saliente. las inclemencias del tiempo.
Pero, la revista, ¿qué? !Ah! ¿La revista? Pensemos en que la tarde era pésima, y los toros eran buenos; en que los chicos estaban con el "desentrenamiento", que es un mal que aqueja a veces a los toreros modestos, y es una especie de "grippe" que aumenta los movimientos que intensifica el temblor y da la impresión de ineptos. Es un mal que se atenúa en cuanto mejora el tiempo y los torerillos toman más confianza en los cuernos.
Céster y "Jardinerito" y el "petit" de los Palmeño actuaron buenamente, del compromiso salieron cobraron y se marcharon y nos quedamos tan "frescos". No aplaudimos con "calor", hubo silencios de "hielo", resbalones a porfia, golpes a diestro y siniestro, -de éstos llevó buena parte el baturro y jardinero, que al finalizar llevaba lleno de bultos el cuerpo, y no quiso retirarse aunque tuvo el gran pretexto, pues la paliza fué horrenda y constante-. No recuerdo otros detalles precisos sobre el gélido suceso. Hubo aplausos para Céster, ovaciones a Palmeño, palmas para el baturrillo, que abusa de un valor ciego, y que unas veces va al aire y otras rueda por el suelo... !Y se levanta tranquilo, a todo peligro ajeno!
Blanquito puso tres pares notables, y uno estupendo. Digno de elogio el ganado (aunque fué más fiero el tiempo) con respecto a la bravura, es más justo que elogiemos el valor de los que ayer a los toros concurrieron y aguantaron la corrida a tres grados bajo cero.
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