| Resúmen |
Mejoró el tiempo, y aunque poquito, tenemos sol. La corrida, clara, de lo mejor, pero la más fea de tipo. La de ayer, de Concha y Sierra, era un promedio de 25 arrobas largas. A la corrida asisten muchas personalidades del arte, política, teatro y periodísmo de toda España.
Ovación en el paseo.
PRIMERO.- Colorado, de exagerados pitones. Comienza huyendo de los capotes, y Marcial lo recoge después de intervenir eficazmente Rafaelillo, con ocho lances muy hábiles en dos tiempos. El toro embiste cobardón con pésimo estilo a los caballos, imposibilitando el lucimiento en los quites. Atienza agarra dos superiores puyazos. Marcial encuentra al toro incierto, gazapón y sin embestir, y a fuerza de destreza logra que trague la muleta, aunque la faena no es para la galería. Entrando de prisa, agarra una estocada caída, de efecto instantáneo.
SEGUNDO.- Negro, pequeño, destartalado, feísimo. Provoca un escándalo enorme. No se puede abusar así del público. La autoridad se muestra sorda ante el razonable griterío, y el ruedo se llena de almohadillas. Todo lo pagan los lidiadores, a pesar de ser los únicos responsables el ganadero y la Empresa. Con dos únicos puyazos se cambia el tercio. Los banderilleros cumplen como pueden. Félix Rodríguez sale a cumplir con su triste deber de apaciguar la bronca, y con un sólo pase arranca rápido y certero y tumba a la alimaña de un estoconazo. (Ovación al matador, y aumenta el griterío a los responsables)
TERCERO.- Otro becerrote indecoroso. ! Y me dijeron que esta corrida era la mayor! El escándalo se reproduce, con epítetos gordísimos, contra la Empresa, que ha vulnerado los derechos del pueblo. Ortega se lía a capotazos con el novillo, que, como dicen muchos espectadores, es el más indicado para una falla. Marcial vuelve optimista al gentío al hacer un colosal quite con cinco lances de rodillas. En varas, el novillo se arranca bien, y Félix remata el tercio con otro quite, dando cuatro lances de frente por detrás de artística y ceñida ejecución, entre entusiasmo grande. Ortega comienza la faena con varios muletazos bajos sobre la derecha. Sigue relativamente cerca, pero movido y sin interés, a pesar de la escasez del enemigo. Entrando regular, agarra una estocada desprendida y tendenciosa e insuficiente, interviniendo el peonaje. La cosa se hace lánguida. Viene un intento de descabello, otro, y al fin se entrega el bicho entre general aburrimiento.
CUARTO.- Negro lombardo, de mayor tamaño y corto de defensas. Marcial abre la seda y veroniquea en dos tiempos. se le corean cuatro lances muy suaves, llevando al bicho muy bien toreado. Los restantes lances resultan menos lucidos por arrancársele el bicho descompuesto. Para los caballos está tardo y demuestra escaso poder, terminando por aplomarse y humillar constantemente. Marcial comienza con cuatro muletazos por alto de cabeza a rabo, tirando muy bien del enemigo, y enseguida liga tres naturales forzando el pase por falta de enemigo. (Oles) Se queda el bruto, y Marcial sigue toreando por la cara, muy cerca, pero sin filigranas, y entrando muy hábil, lo tumba sin puntilla de una estocada desprendida, hasta el puño.
QUINTO.- Negro también. Este es un excelente ejemplar, que se aplaudió al salir; pero al de Clairac le falta pelo para embestir, y hace trabajar mucho al diestro para poderle sacar partido. La faena no puede pasar los límites de lo vulgar, a pesar de los deseos del diestro. Entra a matar, y con media perpendicular bien puesta tumba al hermoso ejemplar, que no quiso embestir.
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