Resúmen |
Apenas terminado el Carnaval - abre sus puertas el taurino coso. -Un festejo benéfico y vistoso- es base del programa inaugural- Preside la Belleza el festival, -El sol, poco galante, o muy celoso,- a las bellezas no rinde esplendoroso- de su luz el rendido madrigal. Llena la gente de emoción taurina,- hacia el vetusto circo se encamina,- y ocupa hasta el tejado su recinto....- Va a comenzar la fiesta.
El gentío, jubiloso, -se apiña en la gradería,- y aunque está nublado el día - y el sol se oculta, medroso,- no falta al cuadro alegría. La gente, su complacencia -muestra con júbilo atroz- al ver que la presidencia- se adorna con la presencia- de "Miss Madrid" y Miss Voz"" Una rubia, otra trigueña,-con belleza que desgarra,-lucen mantilla sedeña- la belleza madrileña- y la beldad donostiarra.
Plena de garbo, sutil,-con apostura gentil- sobre una baya jaquita,- sale la bella Bertita- por la llave del toril. La jaca caracolea -luce su garbo la artista; -la gente la chicolea,- da dos vueltas a la pista,- y la multitud babea. La evolución graciosísima -de la bellísima Adriani- es, en fin, celebradísima.- !La cosa resulta ani...-requeteani...madísima!
Suena el agudo clarín, -percute el ronco timbal,- hay una pausa y al fin -surge un bicho chiquitín- con aire de res formal. A él va Diego con afán,- pero el bicho se le escapa,- y uno grita: "!Mazquiarán, si no está muy bien de capa,- está mejor de gabán!" No obstante, el hombre se afana,- al fin la cabeza gana,- y el caballero Fortuna- da una verónica , una,- que el pueblo aplaude con gana. El mismo banderillea,- y pretende cambiar;- clava el hombre medio par- y el becerro lo voltea- sin poderlo remediar. Cambia otra vez y otra vez,- y el hombre mucho se aprieta,- dicho sea en su honra y prez.- Coge después la muleta, gira como una veleta- porque el bicho, codicioso,- a cada pase atropella; - mete un sablazo afrentoso,- y tras trabajo afanoso,- al golpe bis descabella.
Surge otro bicho en la arena,- otro bicho saltarín,- y aunque la intención es buena,- a mí no me hace tilín- Félix con el capotín,- ni a nadie, porque la gente - abuchea al valenciano. -Félix mete un par mediano,- y al fin se le va la mano- con un espadazo indecente.
Enrique Torres, con calma -y estilo de profesor,- da algún lance superior- con tino sapiencia y alma.- Se le aplaude con calor. Y a la hora de la verdad- la cosa se hace pesada- que es una barbaridad.- Un pinchazo, una estocada,- sin arte ni voluntad.
Manolito...., Simpatía.- Muchas palmas..., Alegría.- Unos lances primorosos,- como suyos.... !Alma mía!- Los aplausos calurosos- se suceden sin cesar- cuando el niño con salero- sale a banderillear.- Cambia medio par trasero- y luego cambia otro par..... Al fin un buen par cuartea;- con su estilo muletea- y saca algún muletazo; - el público le jalea; -larga un infame pinchazo:- luego, un sablazo tendido- y un pinchazo atravesado;- pero el pueblo está aburrido- y aplaude al torero honrado,- que estuvo muy decidido.
(Hasta ahora no he visto nada -ni en becerros ni en toreros; -esto es una becerrada- de las que de madrugada da el gremio de taberneros.)
Quinto toro, Grandecito.- Pepe torea por bajo,- sin arte y muy movidito,-y no nos gusta el trabajo-del diminuto Pepito. Tampoco con la franela -hace Bienvenida nada;- el bicharraco se cuela,- y Pepito no "chanela".- Una vulgar estocada- y un silencio sepulcral- ponen fin a la función.- La becerrada invernal -(lo digo en tono formal)- es una "esaborición".
Sale el sexto. Otra cabrita,- Victoriano de la Serna se estira con la capita...- Se resiente de una pierna,- pero hace su faenita.- Hay dos lances superiores- bajando muy bien la mano,- y muchos espectadores,- que añoran tiempos mejores,- aplauden a Victoriano. El cual, en el final del trance,- con la franela encarnada- mete alguno que otro lance,- y sale al fin del percance- dando su buena estocada.
Sentencia para acabar: -estos infames becerros,- que en vez de toros son perros,- no se deben torear.
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