Referencia:
En Córdoba....
Anécdota:
A muchos de los concurrentes a las corridas de toros suele extrañarles el que los picadores, después de darse los tremendos tumbos que se dan, se levanten como si tal cosa y vuelvan a montar a caballo.
Y es que, a la verdad, algunos piqueros parecen de hierro o que tienen la cabeza acorchada.
El que esto escribe presenciaba una corrida en Córdoba desde una contrabarrera.
Vecino de localidad tenía a un inteligentísimo aficionado, muy amigo particular de la gente de la coleta.
Salieron los picadores, y poco antes de ocupar su puesto vino uno de ellos hasta donde se encontraba el aficionado.
- Güenas tardes, don Lui. Voy a ve si doy dos o tres porrasos para estirar las piernas. Hasta luego.
En efecto, no fué precisamente caída, pero porrazo ya verán ustedes si fué.
Ocurrió que el piquero se distrajo y pinchó al toro poco menos que en el cuarto trasero, por lo que se armó la bronca de rigor en tales casos. Un zulú va entonces, y el muy cafre arroja una botella al redondel con tal fatal acierto, que dió al picador en plena cabeza.
Pasó el picador por delante de don Lui después del accidente, y éste le preguntó:
- ¿Te ha lastimado el golpe?
- No me ha jecho na -respondió impasible el caballista-
¿No ve osté que la botella era de cristal?........
Fuente:
Publicación Taurina: Arte Taurino 11 Abril 1912
Fotografía: http://www.artencordoba.com/blog/cordoba-el-toreo-los-cinco-califas/#sthash.QNV696p3.dpbs