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07) - EL DESCABELLO Y LA PUNTILLA

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EL DESCABELLO Y LA PUNTILLA 

El descabello es un recurso que se utiliza con frecuencia en los toros que, moribundos por la estocada o estocadas recibidas, se mantienen en pie, aunque en un estado que impide entrar a matar de nuevo. Esta suerte la realiza el espada de turno. 

La puntilla se utiliza una vez que el toro, herido de muerte, se echa. El dar la puntilla corre a cargo de un miembro de la cuadrilla, normalmente «el tercero», o de una persona específicamente encargada de ello: el puntillero o cachetero. 

En ambos casos, de lo que se trata es de seccionar la médula espinal en la zona de su nacimiento, introduciendo el estoque de descabellar o la puntilla a través del agujero occipital. 

En la suerte de descabellar lo primero que hay que hacer es fijar al toro y obligarle a humillar, lo cual se consigue con dos o tres muletazos por bajo y delante de la cara del animal como abanicándole, aunque a veces pueden colaborar los subalternos con sus capotes. Es más meritorio que el matador se quede solo, cosa que hacen muy pocos. Debe descabellarse en el instante en el que el toro humilla y se detiene, para lo cual hay que tener adelantada la pierna derecha y levantada la mano que tiene el estoque de descabellar, procurando no llamar la atención del toro, para finalmente dar el golpe de descabello. Algunos toreros realizan la suerte con la pierna derecha flexionada y la otra de rodillas o casi. 

La puntilla se puede dar por delante o por detrás del toro.

Si al toro se le va de frente, el puntillero debe meterse entre los cuernos del animal y colocarse lo más cerca posible, a cuerpo limpio o protegiéndose con el capote. Hay dos formas de dar la puntilla: a cachete y de ballestina. Se da a cachete cuando el puntillero coge la puntilla con la mano en puño y da un golpe seco, mientras que se da de ballestina cuando el puntillero coge la puntilla apoyando el mango con la palma de la mano y los dedos índice y corazón en la hoja e introduciéndola normalmente no dando un golpe. 

Uno de los mayores inconvenientes tanto para descabellar como para apuntillar al toro es que esté tapado, es decir, tenga la cara hacia arriba.

 

Fuente: Junta de Andalucía. Consejería de Gobernación. Dirección General de Espectáculos Públicos, Juego y Actividades Recreativas. Cuadernos de Aula Taurina: Las Suertes del toreo, por D. José María Martínez Parras.